jueves, 27 de diciembre de 2012

MARUJA SCOTT

MARUJA SCOTT

(chilena)

ESPERA

No sé como decirlo.

te esperé
desde la hora de mi infancia.

La primavera trae
suerte para el amor
y así despierta mi ilusión.

Hermosa entre flores,
como mágica luz,
fragante néctar
para brindar por el amor.

Multitud de ángeles
sonrientes me espera
para cambiar
de escena a mi corazón.

MIS CARTAS

Tú inspiras mis ideas,
atraes imágenes rosas
a mi alma púrpura,
llenas la realidad de sueños,
acaparas la brisa suave
de todos los amaneceres alegres,
compañías de las esperanzas
que acaricias en primavera
y nacen las amapolas rojas;
al saber de tu risa dulce
haces brotar momentos calmos
en este mar azul cielo.
Tú insoiras mmis cartas
que se realizan en poesía.

DESEOS

Sentí mi sangre caliente
con ese abrazo que rodeó
mi delirio de cristalera.
después de tanta espera.

Tus manos tocaron mi cuerpo
y recorrieron mi talle
como suaves pétalos deseados.
i
Deslizaste mi vestido
para llegar al color carne de mi piel
y tus besos y mi perfume acariciaron
ideas de tantos años dormidas.

Alcanzaste mi alma,
mi sexo y mi razón;
solo quedó un oleaje espumoso
de efímera felicidad.

lunes, 24 de diciembre de 2012

MANUEL CUENYA

MANUEL CUENYA
1967 -
(español)

NOCHEBUENA

El mejor modo de pasar la Nochebuena es estar con una bella y afectuosa compañía. Ser feliz observando a la gente feliz que uno quiere. Cenar pronto o tarde, eso no importa, pasear o bien acurrucarse al amor de la lumbre, escuchar música vibrante y placentera: el oratorio de Navidad de Juan Sebastian Bach, está muy bien, pero podrían ser también otras músicas posibles, leer algo o nada, escribir un aforismo, una greguería, incluso un micro, o nada, sentir, eso sí, sentirlo todo de todas las maneras, sentir la libertad, algo imprescindible, volar aunque sea en sueño, acostarse con las palabras acariciadoras, siempre en dulce compañía, sentirlo todo... el placer inmenso de estar vivo, gozar de salud y tener la temperatura afectiva adecuada, al lado de un brasero, que procure asimismo la temperatura ambiental necesaria, mientras afuera nieva con esplendor navideño. Y para rematar la velada de la nochebuena, lo mejor, lo más saludable es dormir sereno, en paz, con la placidez de los ángeles (o las ángelas) y soñar, eso sí, con mundos hermosos y posibles. 
Gracias, amor, por estar ahí.



EL SILENCIO

La noche en calma invita a soñar. Y soñar es algo que no podemos ni debemos perdernos porque tu noche es mi noche. Soñar, incluso despierto. Hamacado por el silencio de la oscuridad, que se perfila serena. El silencio, ay, convertido en música tranquilizadora. Dejarse arrullar por el silencio. Abrazar la noche. Dormir en paz. Sentir que la vida es Amor. Regresar a una infancia dulce y soñada. Hablar con el tiempo presente. Aquí y ahora. Besar el silencio. Volver a la serenidad. Alcanzar las estrellas. Tocar el meollo de la noche, que se revela hipnótica. Seguir amando. En silencio. Acunado por un tiempo fluido y aromático. Acariciar la noche. La noche en calma, que palpita bajo tus párpados, vitales y rosa. Soñar incluso dormido. Soñar es algo esencial, insustituible. Dejarse amar. Amar y ser amado. Lo mejor que te puede pasar. Volver a dormir bajo un castaño milenario, a orillas de un manantial. Sentir el tiempo. La cara visible de la luna. Estar y ser. Saber que la vida es intensa. Hablar con el amor. Amor. Tú. Cerca de ti. Beso tu noche. Beso tu sueño. Y tiemblo. Porque estoy. Y fluyo. La noche, esta noche de sueño, bajo la sonrisa iluminada de tu tiempo. Vibrando hacia el universo por los valles y montañas de nuestro aquí y ahora.  
Soñar, sí, soñar que tocamos el centro del universo, infinito y rojo. 


MEMORIA DE LOS ASESINADOS Y LAS ASESINADAS

Bañados en sangre y lágrimas, caminamos a tientas, en la oscuridad de la noche, en medio de un monte sin esperanza.

Al otro lado, las hienas acechan tras las sebes del odio, irracional, desmedido, en una arboleda perdida. El odio incendia el matorral y calcina la memoria afectiva.

Hay charcas de sangre que siembran el dolor en las cunetas, donde crecen flores muertas y arbustos escarchados.

La soledad y el miedo, en mitad de la nada, acaban congelando nuestras entrañas, mientras nos perdemos entre la niebla espesa en un invierno inacabable. Nuestras gargantas se resecan en gritos silenciosos como lobos heridos de muerte. Ya no será posible el retorno. No nos queda ilusión. Sólo miedo, un miedo atroz y un vacío inmenso, que revienta como una herida profunda, salpicando la historia.

La guerra y las guerrillas fusilan los sueños y la memoria. Y la crueldad se impone, amarga y viciosa, como una bandera sangrienta. Chorrea el odio. Chorrea el crimen. 

Las pozas, donde estamos enterrados, supuran sangre coagulada. Las huellas de nuestra historia más reciente siguen pesando como losas fúnebres. Los barrancos huelen a carne fratricida.

El eco infinito de los disparos retumba en nuestro subconsciente colectivo, allá en lo alto de las peñas, acá en el fondo de nuestra alma. Aún escuchamos los gemidos de los moribundos. Aún sentimos el sufrimiento, una acidez que nos sigue doliendo en lo hondo del corazón.

Al otro lado del olvido, las peñas y las fosas adquieren formas humanas. Allí nos pudrimos los hombres y las mujeres que ya no podremos soñar, con el rostro ensangrentado y las mandíbulas desgarradas, tumbados, panza arriba, con una hinchazón de piedras y tristeza.

Hay charcos de sangre y paisajes de tortura que inundan el tiempo de quienes ya no tendremos ocasión de amar: asesinados, desaparecidas, paseados, inocentes, olvidadas: la fosa de los asesinados y las asesinadas.



Bajo la triste luz de una bombilla

A la memoria de mi cuñado, muerto de infarto, con las ilusiones intactas, hace ya tres años. 


Sientes su muerte, la muerte
desgarrado 
entre el vacío y una luz de bombilla
que te escalofría
como si tú también hubieras muerto
porque el tiempo sigue aniquilando por igual 
a unos y otros
en una rueda interminable

Sientes su muerte
con el punzante delirio de un biusturí
que raja las esperanzas
y un corazón con olor a tanatorio

Intentas abrir la persiana del porvenir
y sólo encuentras vísceras

Miras hacia atrás
a la carretera tantas veces recorrida
y sólo ves muerte

Necesitas aprender a mirar de nuevo
bajo la triste luz de una bombilla
con la mirada inocente de un querubín
rubio platino 
bajo el Pegaso
exprimir el jugo de lo adverso
tumbado, boca arriba
en espera de un sueño reparador 
que te devuelva la vida
un domingo gris y helado
solo, bajo la luz de una bombilla

viernes, 21 de diciembre de 2012

CECILIA ADOREZ

CECILIANA ADOREZ
1959 -
(chilena)


ENTRE LA NIEBLA

A veces creo que que debo ir contra la corriente,
entre la niebla,
bajo la lluvia,
detrás de una cortina de hojas tristes,
girar en círculos encerrada en una burbuja.
otras veces,
creo que ya he enfrentado la corriente
y camino a ciegas
en la noche.
Pero me sorprende la gran fuerza,
que me sostiene
y que me hace salir triunfante
de todas las tempestades de la vida

miércoles, 12 de diciembre de 2012

CECILIA VARGAS RETAMAL

CECILIA VARGAS RETAMAL
1964 -
(chilena)

A POR TI


Salí a buscarte
con las cuencas abiertas
de par en par, 
por la puerta sur del universo
seguí los atajos del misterio.

Fue aquí donde estalló mi beso
en auroras australes de verdes y flúor,
decretando en el rincón
mas profundo de tus adentros
mi amor amanecido en
clandestinas melodías.

Y ya no se donde termina la realidad
y comienza la locura,
la demencia de sentir
como fluye tu sangre aquí a mi lado.

Los acordes del viento
me traen tu atlántico aroma,
bajo el embrujo del sur te alcanzo 
en tus rotundas lejanías.

Del barro húmedo emerges, 
beso tu rostro, tu piel cansada
de soles y nostalgias 
te acuno entre mis brazos de cigarra muda   
y con mil labios desgrano tu nombre, 
como una sentida plegaria.

Y es tu voz el pábulo de mis sueños   

primicia de un mañana no lejano.
Allá, un sol inmenso 
castiga los potreros, 
cuando arribes a mis tierras
la noria de mis ojos 
lloverá en tus manos.


/
 
ALMAS VIEJAS 

Llegas a mi coronado de inviernos 
a través de las rajas del aire,
mil años de esperar tu presencia,  
la sonrisa congelada en el rostro
y en tus ojos ya no llueven estrellas.
 
Por los confines del universo
has vagado, alma antigua,
vienes a renovar los rituales del fuego,
no olvido que tus labios 
me enseñaron a transitar 
las hogueras por dentro.
 
Al borde de esta procesión de soledades
coseré  mis palomas a tu boca,
ellas beberán los amargos 
resabios de tus muertos,
esos que arrastras con los pies atados.


Depone las navajas oxidadas 
el duelo y la mortaja,
desenterremos unidos 
aquellos abalorios postergados,
deja secar tus botas 
en mis ventanas ,  
y ven , ven y sumerge 
las raíces de tus manos en mis carnes.


Desde nuestros ayeres,
tu lírico espíritu de riachuelo 
me convoca después que muere la tarde,
apoyados en los robles,
es la espalda de Dios quien nos sostiene.


Volvamos a celebrar los rituales de la piel 
en los claros del bosque ,
despertando a tu lobo solitario

y mi antiguo instinto de hembra salvaje

hasta hoy día confinados a la omisión
y estallemos en un solo alarido
que tiña de rubor el próximo amanecer.


Y como dos orugas 
 habremos trepado nuevamente
el tronco de la vida 
 hasta entonar el profundo himno
 que cuenta la historia de nuestro génesis .
 
ME BUSCABAS
 
 
 Tú me buscabas,
en los resabios de mi araucana greda
guardando entre tus carnes la llave de mis sueños 
en las grietas que esconden una aurora
y la ilusión de escapar a un cielo nuevo
a los antiguos días de soles infinitos 
coronando mis primeros años.

Redúceme a la palma de tus manos viejo amor
con tan solo una mirada
a un estremecimiento de huesos
antes de vaciarme en un suspiro,
a una gota de sudor
rodando con lentitud de ocaso por tu espalda.

Quiero echar los ojos atrás desde tu vientre
y volcar los pedazos del reloj 
destrozado por tus manos
sobre los tiempos yertos.

Restaura las alas del deseo amor,
liberando aves ciegas
que no baten vuelo al fondo del pecho
quiero beber un aguacero sureño
directo de tus labios
y encontrar en tu memoria la canción
que el viento susurraba desde la niñez,
esa melodía que mis cigarras aprendieran 
bajo la niebla que esparce el río Donguil.


Tu me buscabas amor ..y me has hallado
bordando soledades, desenrollando el último
ovillo azul de la esperanza.