domingo, 27 de abril de 2014

JUAN GELMAN

JUAN GELMAN
1930 - 2014
(argentino)

NOTA I
te nombraré veces y veces. 
me acostaré con vos noche y día. 
noches y días con vos. 
me ensuciaré cogiendo con tu sombra. 
te mostraré mi rabioso corazón. 
te pisaré loco de furia. 
te mataré los pedacitos. 
te mataré una con paco. 
otro lo mato con rodolfo. 
con haroldo te mato un pedacito más. 
te mataré con mi hijo en la rnano. 
y con el hijo de mi hijo/ muertito. 
voy a venir con diana y te mataré. 
voy a venir con jote y te mataré. 
te voy a matar/derrota. 
nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez. 
vivo o muerto/un rostro amado. 
hasta que mueras/ 
dolida como estás/ya lo sé. 
te voy a matar/yo 
te voy a matar. 


El QUE HACEMOS
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos, 
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría 
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría 
este amor con que odio, 
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores, 
que me juego la muerte. 
de "El juego en que andamos" 




Padre, 
desde los cielos bájate, he olvidado 
las oraciones que me enseñó la abuela, 
pobrecita, ella reposa ahora, 
no tiene que lavar, limpiar, no tiene 
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena, 
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido, 
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla 
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre 
cavándome la carne, 
este dormir así, 
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido 
te digo que no entiendo, Padre, bájate, 
tócame el alma, mírame 
el corazón, 
yo no robé, no asesiné, fui niño 
y en cambio me golpean y golpean, 
te digo que no entiendo, Padre, bájate, 
si estás, que busco 
resignación en mí y no tengo y voy 
a agarrarme la rabia y a afilarla 
para pegar y voy 
a gritar a sangre en cuello 


lunes, 21 de abril de 2014

POETA-REINA

 POETA-REINA

1975 -

(española)

 

Me pierdo bajo la lluvia
por los caminos desolados de mi corazón,
antaño concurridos,
y veo que las cadenas se deshacen
y me defino en el aire. Me alejo del lago plateado
que los años han convertido en cieno
y limpio en mis pies
el hedor de las miserias podridas
con agua del nuevo tiempo.
La lluvia se vuelve torrente
y arrastra de mi alma la pus de sus heridas,
remueve hondo para la siembra
y allana la superficie
para que la semilla al caer encuentre
suave lecho que la geste.

***

Empieza a amanecer
y el sol es apenas el claro del primer reflejo.
Estoy en la orilla.
El mar me devolvió en un ataque de ira.
Me levanto lentamente.
Como no hay nadie, nadie me ayuda.
Me rodea la vida rota.
Poco me devuelve el mar tras el naufragio,
mucho lo que se guarda.
Delante de mí tengo el horizonte del mar perdido.
A mis espaldas
la promesa, la esperanza, mi amante del paraíso.
Contemplo la superficie
del que esconde lujurioso mi ser descuartizado,
del que ahogó mis sueños
y carcomió con su salitre los perfiles de mi vida.
Te sonrío y es la última
sonrisa que te envío.
El agua de mis ojos escuece más que la sal.
Giro y me alejo del mar.

***

La vida que estoy buscando
está tras del escaparate.
Desde fuera con mis harapos contemplo
sabiendo que está cerrada la puerta.
El calor de dentro aumenta mi frío. 

Enciendo un poema y me caliento.

Vago solitaria entre el bullicio.
Me escupió el mar porque me creyó muerta
y soy un náufrago sin morada
que mañana volverá a pegarse al cristal,
a ver de lejos la tierra prometida.
Extiendo una estrofa y hago mi hogar.
La vida que estoy queriendo
está tras del escaparate.
Dentro la mano entre amigos tendida.
Dentro el agua fresca que circula.
Fuera la sed del desierto.
Abro un verso y me lo bebo.

 

POETA REINA

1975 -
(española)


Hermosa mujer, preciosa poeta, Mara Romero Torres es quizá hasta ahora la
mejor poeta de los últimos años. Es su poesía un canto a la vida, a la hoja que cae,
al trino de los pájaros; al viento que hace mariposas en el agua de la fuente, a la lluvia
que danza en los techos, al mar que levanta sus olas de protesta; al niño que se internará
en los caminos del hombre, a la mujer vestida de llamas y luceros, a todo ella les entrega
retazos luminosos de su vida. Hace más de un año Carlos Ordenes Pincheira la nombró
"Poeta-Reina", y con justicia. Es una mujer tan dulce y tan buena, además de ser hermosísima.
Es nuestra Poeta-Reina, es su voz que nos acaricia a muchos miles de distancia. Es la flor
más bella de toda España.Cómo no la va a querer el Poeta si es su Poeta-Reina...


Diego de la Noche

sábado, 12 de abril de 2014

ANA MARÍA NAVALES

ANA MARÍA NAVALES
1939 - 2009
(española)

 POEMA

Mi ventana se asoma a Regent′s Park.
Soy esa piedra que nace junto al hombre,
un ojo tras otro por el camino
de luciérnagas estériles. Gotea su llanto
sobre el césped oscuro de mi piel,
y muere en la curva del día
a las puertas del infierno.
Perdidos estamos en la mirada de la fuente,
abriendo en el agua estelas de palabras.
Extraños, moribundos,
pájaros secos entre hileras de sombras,
dóciles al oleaje del vino y al recuerdo
que adorna la tarde de frágiles tormentas.
El viento derriba biombos y nombres
desencadena las hojas, despeina el río,
corre hacia mí, enamorado y solo,
aulla lenguajes clandestinos. Arranca mi vida
y deposita en el horizonte su fuego
de sedientas palomas olvidadas.


Tu Mano Recoge De Mi Piel El Tiempo…


Tu mano recoge de mi piel el tiempo,
incansable borra todo viejo amor
y regresa de la caricia como una alondra
que se debate en lo oscuro
sin encontrar la luz de la mañana
Después, serena mi cabello
en algún odio enmarañado
y llama a esa niña que enciende sus ojos
con tu boca y reza silencios
cuando los labios se acercan a tu nombre.




viernes, 11 de abril de 2014

MARIO BENEDETTI

MARIO BENEDETTI
1920 - 2009
(uruguayo)


 
ELEGIR MI PAISAJE

Si pudiera elegir mi paisaje
de cosas memorables, mi paisaje
de otoño desolado,
elegiría, robaría esta calle
que es anterior a mí y a todos.


Ella devuelve mi mirada inservible,
la de hace apenas quince o veinte años
cuando la casa verde envenenaba el cielo.
Por eso es cruel dejarla recién atardecida
con tantos balcones como nidos a solas
y tantos pasos como nunca esperados.


Aquí estarán siempre, aquí, los enemigos,
los espías aleves de la soledad,
las piernas de mujer que arrastran amis ojos
lejos de la ecuación dedos incógnitas.

Aquí hay pájaros, lluvia, alguna muerte,
hojas secas, bocinas y nombres desolados,
nubes que van creciendo en mi ventana
mientras la humedad trae lamentos y moscas.

Sin embargo existe también el pasado
con sus súbitas rosas y modestos escándalos
con sus duros sonidos de una ansiedad cualquiera
y su insignificante comezón de recuerdos.

Ah si pudiera elegir mi paisaje
elegiría, robaría esta calle,
esta calle recién atardecida
en la que encarnizadamente revivo
y de la que sé con estricta nostalgia
el número y el nombre de sus setenta árboles.


 
EL INFINITO

De un tiempo a esta parte
el infinito
se ha encogido
peligrosamente.

Quién iba a suponer
que segundo a segundo
cada migaja
de su pan sin límites
iba así a despeñarse
como canto rodado
en el abismo.



El Sur También Existe 

Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recurre al fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohibe
con su esperanza dura
el sur también existe

con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
con sus gesta invasora
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol 
y también los eclipses
apartando lo inútil 
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el Sur también existe

con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana 
y sus llaves inglesas
con todos su misiles 
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el Sur también existe


LEOPOLDO MARÍA PANERO

LEOPOLDO MARÍA PANERO
1948 - 2014
(español)


EL CIRCO


Dos atletas saltan de un lado a otro de mi alma
lanzando gritos y bromeando acerca de la vida:
y no sé sus nombres. Y en mi alma vacía escucho siempre
cómo se balancean los trapecios. Dos
atletas saltan de un lado a otro de mi alma
contentos de que esté tan vacía.
Y oigo
oigo en el espacio sonidos
una y otra vez el chirriar de los trapecios
una y otra vez.
Una mujer sin rostro canta de pie sobre mi alma,
una mujer sin rostro sobre mi alma en el suelo,
mi alma, mi alma: y repito esa palabra
no sé si como un niño llamando a su madre a la luz,
en confusos sonidos y con llantos, o bien simplemente
para hacer ver que no tiene sentido.
Mi alma. Mi alma
es como tierra dura que pisotean sin verla
caballos y carrozas y pies, y seres
que no existen y de cuyos ojos
mana mi sangre hoy, ayer, mañana. Seres
sin cabeza cantarán sobre mi tumba
una canción incomprensible.
Y se repartirán los huesos de mi alma.
Mi alma. Mi
hermano muerto fuma un cigarrillo junto a mí.



EL LOCO

He vivido entre los arrabales, pareciendo
un mono, he vivido en la alcantarilla
transportando las heces,
he vivido dos años en el Pueblo de las Moscas
y aprendido a nutrirme de lo que suelto.
Fui una culebra deslizándose
por la ruina del hombre, gritando
aforismos en pie sobre los muertos,
atravesando mares de carne desconocida
con mis logaritmos.
Y sólo pude pensar que de niño me secuestraron para una alucinante batalla
y que mis padres me sedujeron para
ejecutar el sacrilegio, entre ancianos y muertos.
He enseñado a moverse a las larvas
sobre los cuerpos, y a las mujeres a oír
cómo cantan los árboles al crepúsculo, y lloran.
Y los hombres manchaban mi cara con cieno, al hablar,
y decían con los ojos «fuera de la vida», o bien «no hay nada que pueda
ser menos todavía que tu alma», o bien «cómo te llamas»
y «qué oscuro es tu nombre».
He vivido los blancos de la vida,
sus equivocaciones, sus olvidos, su
torpeza incesante y recuerdo su
misterio brutal, y el tentáculo
suyo acariciarme el vientre y las nalgas y los pies
frenéticos de huida.
He vivido su tentación, y he vivido el pecado
del que nadie cabe nunca nos absuelva.







 
EL LAMENTO DE JOSÉ DE ARIMATEA
No soporto la voz humana,
mujer, tapa los gritos del
mercado y que no vuelva
a nosotros la memoria del
hijo que nació de tu vientre.

No hay más corona de
espinas que los recuerdos
que se clavan en la carne
y hacen aullar como
aullaban
en el Gólgota los dos ladrones.
Mujer,
no te arrodilles más ante
tu hijo muerto.
Bésame en los labios
como nunca hiciste
y olvida el nombre
maldito de
Jesucristo.

Así arderá tu cuerpo
y del Sabbath quedará
tan sólo una lágrima
y tu aullido.



jueves, 10 de abril de 2014

OCTAVIO PAZ LOZANO


OCTAVIO PAZ LOZANO
1914 - 1998
(mexicano)


ENTRE IRSE Y QUEDARSE
 

Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.

La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.

Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.

Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.

Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.

La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.

En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.

Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.


 

Por buscarme, Poesía, en ti me busqué:
deshecha estrella de agua,
se anegó en mi ser.
Por buscarte, Poesía,
en mí naufragué.

Después sólo te buscaba
por huir de mí:
¡espesura de reflejos
en que me perdí!

Mas luego de tanta vuelta
otra vez me vi:
el mismo rostro anegado
en la misma desnudez;
las mismas aguas de espejo
en las que no he de beber;
y en el borde del espejo,
el mismo muerto de sed.

DESTINO DEL POETA

¿Palabras? Sí, de aire,
y en el aire perdidas.

Déjame que me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece.

También la luz en sí misma se pierde.

JOSÈ EMILIO PACHECO BERNY

JOSÉ EMILIO PACHECO BERNY
1939 - 2014
(mexicano)


PRESENCIA

¿Qué va a quedar de mí cuando me muera
sino esta llave ilesa de agonía,
estas pocas palabras con que el día,
dejó cenizas de su sombra fiera?
¿Qué va a quedar de mí cuando me hiera
esa daga final? Acaso mía
será la noche fúnebre y vacía
que vuelva a ser de pronto primavera.
No quedará el trabajo, ni la pena
de creer y de amar. El tiempo abierto,
semejante a los mares y al desierto,
ha de borrar de la confusa arena
todo lo que me salva o encadena.
Más si alguien vive yo estaré despierto.



LAS PERFECCIONES NATURALES

De las capitanías de la oruga 
sabe el rosal 
lo que le corresponde

Silenciosas boquitas
que roen de noche
o bajo la altanera plenitud del gran sol
las perfecciones naturales

Ante ellas no hay belleza
Sólo avidez
sólo la necesidad de estar vivas

Y perduran matando
como nosotros


NOCHE Y NIEVE

Me asomé a la ventana y en lugar de jardín hallé la noche 
enteramente constelada de nieve

La nieve hace tangible el silencio y es el desplome de la 
luz y se apaga

La nieve no quiere decir nada: Es sólo una pregunta que 
deja caer millones de signos de interrogación sobre el
mundo


EL FUEGO

En la madera que se resuelve en chispa y llamarada
luego en silencio y humo que se pierde
miraste deshacerse con sigiloso estruendo tu vida
Y te preguntas si habrá dado calor
si conoció alguna de las formas del fuego
si llegó a  arder e iluminar con su llama
De otra manera todo habrá sido en vano
Humo y ceniza no serán perdonados
pues no pudieron contra la oscuridad
—tal leña que arde en una estancia desierta
o en una cueva que sólo habitan los muertos





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