viernes, 20 de junio de 2014

NAHIR SUBELSÚ

NAHIR SUBELZÚ

NAHIR SUBELZÚ
1968 -
(uruguaya)





AL DIA QUE NO ESTÁS

Un día sin ti es una reverencia al desamparo,
una brecha  feroz en el alma abrasada
de acerba soledad
y desencanto.
Una entelequia gris en mi cabeza…
Un grito de dolor.
Un augurio fugaz  de desaliento.
Una maldita pausa
entre sístole y diástole
de una complicidad sin concesiones al más nimio descuido.
Ochenta mil segundos desiertos de armonía.
Demasiados momentos despoblados de estrellas.
Infinitos instantes cómplices de la muerte. 
OJOS DE AGUA

 
Soy un secreto a voces,
 un puñado de arena incandescente, 
un movimiento pendular,
un chaparrón de semillas de colores,
un a onda en el agua,
sucesor de otra onda, y de otra…
Soy la sombra,   el temblor,  el desconsuelo,
el heredero de un tesoro inventado.
 A veces, un haz de luz mortecina
atravesado por motas de polvo deambulantes,
un báculo sin dueño,
un espejo hecho añicos
y sus correspondientes años de infortunio…
Una preguntas retórica,
un descuido,
un rastro de carmín inculpador,
una falacia,
una disculpa incoherente a mitad de camino
entre mi desazón y tus ojos de agua.




LA CRUZ DEL SUR
Estío,
medianoche.
La brisa balancea
levemente el cedrón
perfumándonos el aire.
La casa se estremece frente a tanto silencio.
Dos jirones de nubes
inmóviles observan, como tú,
las estrellas...
Buscas en nuestro cielo
no sé que raro misterio...
Mis ojos te acompañan en ese extraño viaje
mientras descubres seres rondando el infinito.
Tu mano distraída va dibujando lunas
en la piel de mi espalda
bajo el blanco vestido.
¿La ves?
Aquella es,
apenas reclinada sobre el negro horizonte,
la que antaño fue guía generosa y espléndida
de arrojados marinos,
la que señala el sur sin titubeos...
¡Qué maravilla esconde su aura
luminosa,
sinople y plata!
(Oigo tu voz quebrada
rendirse ante tanta rutilante belleza)
Contémplala, mi amor,
contémplala sin tregua ni final,
esa es la Cruz del Sur,
mi Cruz del Sur.
Mírala eternamente desde el sueño
porque cuando despiertes
volverás a perderla una vez más...
volverás a saber
que ya hace mucho tiempo
la hemos abandonado.

Imagen de Carlos Ordenes Pincheira

lunes, 16 de junio de 2014

SOLEDAD FARIÑA

SOLEDAD FARIÑA
1943 -
(chilena)

¿AGUA SOY  PIEDRA?

quedó el aire de mi boca soplando
las cumbres azules de la tarde

(divaga solo sin saber donde posarse
ni qué hacer con tanta levedad)

y yo aquí       buscando el agua

con mi raíz de piedra    Hundiendo
pensamientos violáceos  en la profundidad
de esa roca


la luz oblicua me horada
azules y grises superpuestos me conforman

estoy plena de quietud             Pero hablan
mis bordes en amarillo oscuro

tengo un peque caracol petrificado
en mi base

pero es mi luz la que habla


     Entre junturas
me ha crecido la hierba
    y estoy irregular
     en mis pisadas

lilas y azules atraen
     a los pájaros

el infinito es piedra    también


 Me han cavado hornacinas
        para honrarme

   :
        unas al lado de otras
nos decimos palabras misteriosas:


      arena   pálida   fósil

       caracol  humeante


    Mi gravidez de piedra casi
      se ha convertido en aire
          en esta luz  diáfana


     La ondulación antigua
      dio una curva a mi hueco

En mi baile primero  he quedado inclinada


 Me he abierto una ventana
          para dejar  paso
a los des azules de los cerros

Erguida en mi color rosado
    pequeñas rugosidades
            me recorren


He traído toda la luz   hasta mis caras

       he dado a mi ojo el tiempo
  y descanso mirando con pupila
                de trapecio

(pero   ¿y la frente?
¡y la frente? pienso)


              Se yergue
   para que el sol la alcance
      en la superficie plana

              Se inclina
suavemente para seguir la ondulación
             de los cerros


              Un pequeño canal
          se desliza   en silencio
           por mi mano rugosa

                zigzagueando

bajan a unirse al centro de la tierra
       la sangre fresca     el agua


      Dos profundas fallas
      me hienden los costados

      carcomida  en abrupta ladera


      me inclino recreando
      siete terrazas verdes


      Bajo el peñasco verde
      despliego mi humedad    en laguna sombría

     soy pórtico    al oscuro
   

    pero también tengo blancura
    en esta formación
 

    Desciendo a mi guarida nocturna


    ojo de agua

    aire de agua    vertiente de agua

    busco


    Empozadas mis gotas
 
    en las rocas calcáreas

    lagartos y serpientes   cuidan

    de mis estanques    incrustando sus cuerpos

    en mi piedra preciosa


 
    (luna   luna

    están llamando a la luna)


     quebradas
     cascadas de montañas están labrando el agua
     en mi peñasco oscuro

     lagunas
     en partes encumbradas

     para que sople   con más encono
     el viento de mi cráter nocturno


    ansiosa bebo de mi agua contenida
   
    gusano fecundante

    ave lacustre   de lago subterráneo

    flamenco de plumaje largo     soy

    rana oscura con ventosas marcadas


    parina de plumaje rosado

    vuelo al ruedo y me mezclo a los peces

    caminando en el agua


    me arrastro cautelosa   bicéfala

    mi lengua


    una de mis cabezas   guarda la boca dulce

    la otra pide agua de mar

                          de mar de tempestades


                     rojiza

    nacarada    caracola    marina

soplando mi espiral   voy inventando nubes

                 en zig zag    en rombos
     
               me vacío al surco abierto


               al corazón penetro

               imitando
             
              el gemido del viento en la alta cumbre

(qué escucha mi ojo de agua)


               ha quedado otro tiempo atrapado

               en mi tiempo    dice mi sombra

               con su visión de pez


(veo hombres guiando caravanas de llamas
             
                 veo hileras de músicos

                              parejas de bailarines

               veo lagartos      peces

                   
                      pintura en tintes rojos)


Han cavado hornacinas en paisaje nocturno
                   
                    dice     mi sangre

                       anaranjados

                indagan   en   mi   azul

          sin intentar fundirse      susurra

 prolongando su línea      en un abrazo largo


               que llama al amarillo


                       ¡amarillo!

              Soy pórtico a la luz

 responden desde el oscuro mis aristas

             intentando dormirse


domingo, 15 de junio de 2014

MARÍA ROSA CARRASCO PEÑA

MARÍA ROSA CARRASCO PEÑA
1928 .
(chilena)

COMO UN RUMOR

¿Quién dice?
Es necesaria la fuerza del mar.
Para destrozar la piedra.
Una gota de dolor
Empozada sutilmente
Perfora el pecho.
¿Quién dice?
Son estáticas las piedras
Sin penetrar sus entrañas.
Son silencio
Cuando en su profundidad cantan.
Son eternidad
Si nacen sin alma en su lecho de tiempo.
Es el mar
El mar dormido en su rumor de sílabas.

DENTRO DE MI..., LA LLUVIA
                                 a Carlos Ordenes Pincheira

Has llamado a mi puerta
Y las manos del sol
Hunden sus luces
En medio de la espuma.

Poco a poco una bruma
Va circundando la vida
Y apaga y enmudece
La música guardada en lo profundo-

Una gota tras otra
Nos envuelve en dulcedumbre
Como tratando de cerrar los ojos
A la tempestad que se avecina.

Y llueve, y llueve en silencio
Dentro del alma en círculos dormidos.
Es la tempestad de los sueños
quien castiga ilusiones y recuerdos.

El sol oscurece poco a poco
Y llueve y es un agua azul
Que abraza las sombras en mitad de la noche
Lanzando una gota de mar en desolado.

Y es la vida, se hace brizna, juega con la niebla
Y el silencio sin límites me cubre
Y mis lágrimas se hacen lluvia en los cristales.
.

sábado, 14 de junio de 2014

MIGUEL RAMOS CARRION

MIGUEL RAMOS CARRION
1848 - 1915
(español)

EL SEMINARISTA DE LOS OJOS NEGROS

Desde la ventana de un casucho viejo
abierto en verano, cerrado en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubios cabellos
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas, pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
y que por la espalda casi roza el suelo.

Un seminarista entre todos ellos
marcha siempre erguido, con aire resuelto.
La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos
desde que la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubios cabellos,
la mirada muy fila, con mirar intenso.
-Y siempre que pasa, la deja el recuerdo
 de aquella mirada de sus ojos negros-.

Monótono y tardo va pasando el tiempo,
y muer el estío, y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.
Desde la ventana del casucho viejo,
siempre sola y triste, rezando y cosiendo,
una  de rubios cabellos salmantina
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Pero no ve a todos. Ve solo a uno de ellos,
"su" seminarista de los ojos negros.

Cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
           marciales arreos.
Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego
parece decirla: ¡Te quiero! ¡Te quiero!,
yo no he de ser cura. yo no puedo serlo;
¡si yo no he de ser tuyo, me muero... ¡me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho;
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya solo vive en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.

En una lluviosa mañana de invierno
la niña, que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos:
por la angosta calle pasaba un entierro.
Un seminarista, sin duda, era el muerto;
los seminaristas iban en silencio
con beca roja por cima cubierto
y sobre la beca el bonete negro.

con sus voces roncas cantaban los clérigos,
siempre en dos filas hacia el cementerio,
como por las tardes al ir de paseo.
La niña, angustiada, miraba el cortejo:
los conoce a todos a fuerza de verlos...
solo, solo faltaba entre ellos
el seminarista de los ojos negros.

Corrieron los años, pasó mucho tiempo...
Y allá en la ventana del casucho viejo
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa, encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
recuerda con tristeza,  por las tardes,
al seminarista de los ojos negros.

jueves, 12 de junio de 2014

CLAUDIO DE ALAS

CLAUDIO DE ALAS
1886 - 1918
(colombiano)

UNA HISTORIA TERRIBLE

I

Sor Lirio era una monja de lánguida mirada,
con formas pubescentes y una blancura astral:
Sor Lirio regentaba, piadosa y resignada
la "Sala de San Bruno", en un viejo hospital...
Su blanca mano suave era solicitada
por todos los enfermos, para aliviar su mal...
porque Sor Lirio era cual una iluminada
que retrataba el cielo en su carita oval.
Su historia era una historia de todos ignorada:
pero las malas lenguas corrían el rumor
de hallarse entre las monjas por cuitas del amor...
Sor Lirio de estas cosas no dijo nunca nada;
pero terrible historia tenía ella guardada,
porque al oír los dichos prendíase en rubor.

II

...Y sucedió que un día -enfermo, macilento-,
a la Sala San Bruno, un buen poeta entró:
era un joven muy suave, lleno de sentimiento,
que a ja santa Sor Lirio el alma, cautivó...
Después de algunos días, tuvo el presentimiento
de algo inmotivado que la ruborizó,
pero a pesar de todo, con cariñoso tiento,
como a ningún enfermo, Sor Lirio lo cuidó.
Tan milagrosas fueron sus manos de alabastro,
tanto su santa boca a Dios encomendó,
que prodigiosamente el bardo mejoró.
Pero las malas lenguas -que siempre buscan rastros-
murmuran que Sor Lirio, en una noche de astros,
por su piedad vencida, con el poeta huyó...

III

Las monas, desde entonces, refieren el pecado,
diciendo que el poeta era un endemoniado...
¡Embajador del diablo! ¡Espíritu del mal!
Y agregan que Sor Lirio se encuentra condenada...
Pero en la faz de todas surge una llamarada
si algún poeta enfermo penetra al hospital.

miércoles, 11 de junio de 2014

MANUEL LAGOS DEL SOLAR

MANUEL LAGOS DEL SOLAR

(chileno)

CARTA AL ESPANTAPÁJAROS

Estimado y silvestre espantapájaros:
esto deque le escriba
no debe parecerle extraordinario.
Al fin y al cabo
yo siempre lo he admirado...
¡Qué gracia tiene usted. tan peregrina!
¡Qué cordiales y humildes son sus manos,
verdes y antiguas, que, al compás del viento
aspan, sembrando adioses desmayados!
Nos parecemos mucho. Me siento con usted
casi identificado...
Como usted, yo converso con la luna;
como usted, divinizo mis harapos.
Y los dos, siempre estamos
con los brazo abiertos,
Y escuchamos, absortos y embobados,
las múltiples historias diminutas
que se cuentas los pájaros.
Y ese aire de ciruelo desolado
que a mí también me adorna.
Y esa actitud estoica que adoptamos
frente al aire y al agua desatados.
Y esa común manera de pararnos
en lo alto de las lomas,
para mirar sin prisa los sembrados...
En sume, me parece que, a menudo,
soy un espantapájaros.
Por todo esto, colega,
la próxima vez que yo sienta
que el corazón me cuelga como un trapo,
voy ir a buscarlo
para salir de juerga
una noche cualquiera,
cantando,
con los brazos abiertos, por los campos...

martes, 10 de junio de 2014

ALFONSO GÓMEZ LÍBANO

ALFONSO GÓMEZ LÍBANO
1918 - 1988
(chileno)

TACITURNO SOMBRERO DE NEBLINA

Solucionando,
viendo y murmurando
lo que suelo abarcar en mis miradas,
solo y junto a la espera de unos pasos
tenblorosos,
yo, aquí,
con mi negro sombrero ciudadano,
con mi boca roída de malezas
y este andas ya doblado de cansancio,
permanezco absoluto,
indefinido,
sin tratar de abatir interiormente
este hueco maldito que circulo
y desvela de pronto mi destierro.
Yo no sé cómo pude alcanzar esta tiniebla,
cómo pude girar y remontarme,
no espantar mi desidia,
contemplar a mi asombro primero,
sigiloso,
y rodar desde mi leve oscilación
desvencijada,
hasta dar en el delirio rumiar de tanta cosa
que me hastía.
Y yo, aquí,
en la torpe quietud de los que saben
lo que esperan,
con mi duro perfil apasionado por lo nuevo,
me diluyo al rumor de lo yacente;
y este viejo sombrero de neblina
es el muro que nace entre la obscura,
taciturna tristeza del olvido.


JUAN DE DIOS PEZA

JUAN DE DIOS PEZA
1852 - 1910
(mexicano)


REÍR LLORANDO

Viendo a Garrik actor de la Inglaterra
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el mas gracioso de la tierra
y el más feliz...»
Y el cómico reía.

Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro le dijo, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».

Viajad y os distraeréis.
¡Tanto he viajado!
Las lecturas buscad.
¡Tanto he leído!
Que os ame una mujer.
¡Si soy amado!
¡Un título adquirid!
¡Noble he nacido!

¿Pobre seréis quizá?
Tengo riquezas
¿De lisonjas gustáis?
¡Tantas escucho!
¿Que tenéis de familia?
Mis tristezas
¿Vais a los cementerios?
Mucho... mucho...

¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.

Me deja agrega el médico perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.

¿A Garrik?
Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.

¿Y a mí, me hará reír?
¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
Así dijo el enfermo no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ho! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.


lunes, 9 de junio de 2014

BALDOMERO FERNANDEZ MORENO

BALDOMERO FERNANDEZ MORENO
1886 - 1950
(argentino)

AUSENCIA

Es menester que vengas;
mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho
y torno a ser el hombre abandonado
que antaño fui, mujer, y tengo miedo.
¡Qué sabia dirección la de tus manos!
¡Qué alta luz la de tus ojos negros!
Trabajar a tu lado, ¡ qué alegría!
descansar a tu lado, ¡qué sosiego!
Desde que tú no estás, no sé cómo andan
las horas del comer y las del sueño;
siempre de mal humor, y fatigado,
ni abro los libros ya, ni escribo versos.
Algunas estrofillas se me ocurren,
e, indiferentes, al aire las entrego.
Nadie cambia mi pluma si está vieja
ni pone tinta fresca en el tintero.
Un polvillo sutil  cubre los muebles,
y el agua se ha podrido en los floreros.
No tienen para mí ningún encanto,
a no ser los marchitos del recuerdo,
los amables rincones de la casa
y ni salgo al jardín, ni voy al huerto.
Y eso que una violenta primavera
ha encendido las rosas en los cercos.
y ha puesto tantas hojas en los árboles,
que encontrarías el jardín pequeño.
Hay lilas de suavísimos matices
y pensamientos de hondo terciopelo,
pero yo paso al lado de las flores
caída la cabeza sobre el pecho,
que hasta las flores me parecen ásperas,
acostumbrado a acariciar tu cuerpo.

Me consumo de amor inútilmente
en el antiguo, torneado lecho;
en vano estiro mis delgados brazos:
tan solo estrujo sombras en mis dedos...
Es menester que vengas;
mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho.
Ya sabes que sin ti no valgo nada,
que soy como una viña por el suelo.
¡Alzame dulcemente con tus manos,
y brillarán al sol racimos nuevos!