miércoles, 31 de julio de 2013

GENNIE REDONDO PETITÓN

GENNIE REDONDO PETITÓN
1971
(dominicana)

VIVIR SIN VIVIR


Serena se ve la luna en el horizonte junto a la quietud del

mar, bañando con su luz estas aguas llena de grandes

pensares , como llena en este silencio mi alma inerte de

angustia que se aferra a la verdad, desgajando lágrimas de

este dolor latente que brota irreverente, desgarrador,

incansable de mis entrañas ante el mustio pesar de vivir sin

vivir, de soñar sin querer despertar a la fría realidad que

ahoga y hace nudo mi garganta de esta letanía de vida que

me hunde cada día en esta falsa ansias cerradas de verdad

que no para de sangrar y no puedo evitar por mas que quiero luchar!

Oh! Vida marcada que me arroja a los arrecife punzantes encontrados en mi pecho, 

tinieblas que arropan alma y sentimientos en el caudal ya seco de mis ojos abiertos!
Vivo y muero en todo momento con la fuerza de mi debilidad!! 

domingo, 28 de julio de 2013

BETTY SANTOS

BETTY SANTOS
1960 -
(cubana)




Sueños.!!!!!!!

Sueño, caminar descalza tus heridas,
lamer las cicatrices con lengua de fuego
desbocarme en tus valles anegados
sedienta del aroma que destilas.
En la trémula mano que te extiendo
mezcla de espíritu y quebranto,
te ofrezco un mundo de acuarelas
para pintar un nuevo cuadro,
donde brille la luz,sobre mis cantos
Olvidar,que olvidaste las locuras
de los besos soñados en silencio,
que un sollozo en mi pecho
yace preso,
del deleite y la fiebre de estas ansias.
tiemblo, con la frialdad de tu mirada ausente
desnudando esta piel,que grita y clama
una presencia en brumas invisible
y miles de caricias ignoradas.
Cansada de volar sobre tu cielo
dormidos mis sueños en tu almohada..

viernes, 26 de julio de 2013

SANDRA CALANDRELLI

SANDRA CALANDRELLI
1901 - 1078
(argentina)

DOLOR
Tú que sólo contigo, Señor, fuiste severo, proscripto de la dicha por piadoso y por fuerte; Señor, Tú que has querido llenar el orbe entero con el dolor sin límites de tu Divina Muerte y en este afán de lágrimas de tu alma esclarecida llorabas con el llanto de todo cuanto existe, tenías un consuelo, sin embargo, en la vida: ¡Tu Madre iba contigo en el camino triste!
Recuerda... Cuando a veces, doliente y fatigado, caías de rodillas sobre tu sombra mustia, tu Madre se inclinaba dulcemente a tu lado besándote en la frente con amorosa angustia... Y en esa sola dicha, Señor, que te quedaba de todo cuanto sueñan los hombres en el mundo, quizá viste un instante, cuando el valor faltaba, revivir milagrosa tu fe de moribundo...
¿Por qué dejas entonces, que suba a las esferas el clamor infinito del dolor sin consuelo? ¿Doblarán las campanas si Tú no lo quisieras? ¿Acaso sus lamentos no llegan hasta el cielo? Y si a todos los hombres llamabas tus hermanos, y tanto te dolías de su vida ya triste, ¿Por qué dejas, Dios mío, que sufran tus hermanos ese dolor tan grande que Tú no conociste?

 CARILLONES EN LA SOMBRA
A veces, al llegar a los encuentros nocturnos con esas voces que se escuchan en momentos taciturnos Esas voces que nuestro corazón escucha sin saberlo Como para atrapar en ellas al mundo impalpable Yaciendo en el fondo turbio de las sombras inciertas... Entre ese susurro de palabras lejanas Creemos escuchar también los vagos carillones Que deambulan como humilde enjambre de mariposas... Son los carillones de alegría y de tristeza, De todo lo que solloza y canta en la noche... De todo lo que las palabras que se alejan sin ruido Murmuran, al azar, como voces fantasmas Que suben por momentos de sus imprecisos reinos... Y amo demasiado, esos carillones amigos Que se quejan suavemente, cual corazones sumisos, Y que me reencontraron en la noche solitaria Para decirme palabras que no se escuchan en la faz de la tierra... 



ANGUSTIA
a la sombra de Victor Hugo

¡Sé que todo es vano, que todo es poca cosa! El mundo nos arrastra en su metamorfosis, Empero escuchamos siempre gritos matizados con llantos Que se elevan al cielo azul desde el fondo del pecho! Sufrir es una ley. Sé que cuando uno sufre, Llora y maldice mirando al abismo, Y que retrocede luego con horror en los ojos, Pálidos de haber sido por momentos curiosos; Que entonces todo se recubre de un claroscuro siniestro Que entonces no se escucha ya más la música del sistro Que canta en nuestros pechos, allí entonces un viejo por qué, Se eleva en el vacío y nos oculta la fé...





martes, 23 de julio de 2013

LUISA SCHIAFFINO VÁSQUEZ

LUISA SCHIAFINO VASQUEZ
No ubicable -
(chilena)

REENCUENTRO

Deambulo por tus calles silenciosas
vacías,
el viento Colla trae risas de inocencia,
de loncheros,
de rieles,
la sal de mis pupilas
se mezcla con tu sal,
te arrancaron del vientre
cual ladrón al acecho,
tu gente,
tus raíces,
tu corazón sigue en llamas
como un moribundo
se niega a la muerte, abraza soledades
el desconcierto
de lo verdadero
de lo inhumano,
el descontrol de la razón.

Duermen caracolas en tu río Sal,
las cabras observan
desde la cumbre del cerro
el desolado paisaje.
Al partir, fundí mi corazón
en tu fragua,
regamos con lágrimas
hasta el último rincón
de tu cuerpo.
He vuelto, estoy sola,
tan sola como tú, me siento un poco apóstol
en tiempos de Jesús,
tanto lo quisieron
y fueron mudos testigos
de su crucifixión.

Aquí estoy avergonzada,
nada pude hacer, vaciaron tus arterias
como un ser que se desangra
poco a poco,
lentamente.

La tarde está muriendo,
mis pies cansados
se detienen
frente a mi primera escuela, ahora en ruinas,
a mi mente llega el bullicio
de mis compañeros,
hablando todos a la vez,
el chirrido de las sillas,
la niña de trenza negra
de la segunda fila.

Por un momento me atrapó la magia,
regresé a un pasado
que tú y yo abrazamos,
al desterrarme de tus brazos
dejé en ti un trozo de mi alma,
por eso he vuelto
a saciarme de tí
mi amado e inolvidable POTRERILLOS.

viernes, 19 de julio de 2013

MIRTA VENEZIA



          MIRTA VENEZIA
          1955 -
         (argentina)
  • AUNQUE ME DESHOJE


    Cantar a pesar del dolor de los olivos
    y el invierno constante.
    Desandar la calle que lleva a tu frente.
    Buscar la otra orilla, el cuenco,
    los cuentos de la infancia,
    el bosque ,
    las puntas de tus lagrimales.
    Cantar, con el pecho cerrado y los ojos abiertos.
    Al amparo del rayo de luz que se prende y anida...
    Cantar como una mandarina que estalla
    y desgaja sus soles pétalos brillantes.
    Aunque me deshoje, aunque me desbande
    Aunque no te llegue.
    Cantar como un rezo incendiario a mitad del abismo.
    Flotando en las aspas del muelle añorado
    aquel que desmaya en el agua su pena de río.
    Cantar para despertar ese insomnio cruel de aros de humo.
    Para sacudir tus pupilas de cromo.
    Deambular tu sangre, recorrerte entero.
    Implorando al cielo.
    Aunque no me creas.
    Aunque sólo tu suspiro se enrede en mi cama
    como hálito único de una única vida.
    Espero en algún rellano oscuro.
    Escribo la última huella de la última cita.
    Estreno vestido de luciérnagas para que me veas.

    DOLOR DE LOS OLIVOS
         Cantar a pesar del dolor de los olivos
         y el invierno constante.
         Desandar la calle que lleva a tu frente.
        

         Buscar la otra orilla, el cuenco,
         los cuentos de la infancia,
         el bosque ,
         las puntas de tus lagrimales.
        Cantar, con el pecho cerrado y los ojos abiertos.
        Al amparo del rayo de luz que se prende y anida...
        Cantar como una mandarina que estalla
        y desgaja sus soles pétalos brillante

miércoles, 10 de julio de 2013

ALEJANDRA ZIEBRECHT QUIÑONES

ALEJANDRA ZIEBRECHT QUIÑONES
1959 -
(chilena)


ASUNTOS PENDIENTES

 Qué duda cabe
después de la despedida
que ha durado siglos
consagrados a la extensión
de los cuerpos
Qué pesadilla o bestial aprendizaje
o morbo
ha sido este
convite a lo imposible
a lo gastado
de ti
y de mí
a los remiendos
Ni yo
ahora
sé por qué escribo
cuando debiera
estar sobre la cama
soñando con la muerte
esperándola
o pensando en la puta de Talcahuano
que se quemó a lo bonzo
por culpa del olvido
Como dijo la Palmenia Pizarro
por culpa del mal amor
por culpa del licor barato de la tía Yola
Qué duda cabe
Bartleby tenía razón
sólo queda tenderse sobre un césped de manicomio
con los ojos abiertos
para que nadie dude que estamos vivos
pero muertos
Que preferiríamos no hacerlo
pero igual se nos vienen las ganas de amar
de escribir sobre los muros
de una ciudad indiferente
Igual el otoño
se llevó desnuda a  la puta de Colón
su cuerpo del delito
mulata
como la Amalia Rodríguez
igual de triste
pero más pobre
infinitamente más sola
menos diva

Qué duda cabe
si los suicidas son inmortales Maupassant
no le entran balas
ni cuchillos
sólo se mueren de palabras idas
de silencio
de habitaciones encerradas
de soledad
nos incendiamos de soledad
somos brazas a medio fundir
huesos carbonizados
que dicen adiós
porque hay una hermandad de las cenizas
donde nos encontraremos
Por eso esta tarde
de bruces sobre mí
me habla de todas
Marguerite
Virginia
pero sobre todas
sobre cada una de ellas
y de mí
que me lo sufro todo escuchando a la Palmenia
pienso en la putita de Talcahuano
que rompió la noche con su grito de madera quemada
de cuerpo obrero
proletario
de fado triste
de saudade
de radio a pilas
de inmigrante
de poetisa sin libro
sin beca literaria
sin subsidio rural ni del otro
sin hoyo donde enterrarla
(qué paradójico)
Sólo el destino de las animitas es para ella
Animita de las putas de la calle Colón
flores de papel
mil grullas
y el cielo se les abre
¡Ay! no sé por qué escribo
de los adioses Vilariño
a ti te regalaron unas noches en exclusiva
es todo cuanto pudo Onetti
es todo cuanto pueden darnos
no te creas la muerte
después todo se desgaja
y por eso se escribe
sobre asuntos pendientes
como la cuenta de la luz
la sobrevivencia toda
entre los versos que no nos alimentan
las páginas sociales
y el colon irritable
en los bordes de la desesperación
pensando en la tarde que nos encontrará a tientas
buscando algo
que no se ha perdido
porque nunca estuvo
En la ausencia
como las cartas muertas de Bartlebly

Qué duda cabe


AFUERA HAY ÁRBOLES ROJOS

 Afuera hay árboles rojos
y cae sobre ellos un aliento
de tarde esbelta
lanzada de bruces
sobre la calle
los árboles incendian
este otoño
y el viento desamparado
toca las ventanas
y por la calle callan los muertos
su trajín
es una tarde lánguida que lame todas las cosas
hasta dormitar con las sombras
La que escribe
está llena de cuervos
de papeles picoteados
de fotos desgarradas a la mitad
de cordura alocada
en un cuerpo roto
el incendio de las hojas
se hace ocre y desciende
por la corteza
hacia la raíz
Ella dice que debe escribir sobre esto
pero no sabe atraer el árbol
a la página
Crepita en la que escribe
la fugacidad
de un otoño inválido


EN OTRA PENA MÁS INMENSA

A veces digo que no
que nunca más
que ya es tiempo
de parar al tiempo
de olvidar
sus ademanes cojos
de perro enfermo
A veces digo
que quiero hundirme
en las aguas del sueño
y no caer
en el torpe arrebato
de ahogar las penas
en otra pena más inmensa
digo que lo haré de inmediato
que pondré música
que alertaré los ojos
el cuerpo
la tiranía de mi nombre
y el de los otros
superpuestos
que no importa
el pozo oscuro
donde se vive
que es inútil ordenar papeles
que serán arrojados
al tráfico torpe
de los días
que es mejor callarse
de adentro hacia afuera
silenciar en un torpe giro
los envoltorios
la demencial
forma
de acometer la vida
como si hiciera falta
saltarle al cuello
mordérselo
carcomer su inocencia
de un disparo
ahora que lo pienso
aun es tiempo
de olvidar el tiempo
limpiarme la boca
con la manida forma
de rendirse al hastío
amenazarme de escritos
desligarme de esperas absurdas
para ver morir a mis amigas
y alistarse a mis enemigos
todo en un mismo instante
porque los segundos son migas
que han devorado los pájaros
yo recuerdo sólo estar y luego no
que es distinto a permanecer y luego no
yo recuerdo un plagio de mí misma
que se acuesta temblando
por la infancia que se acerca
y no reconocer nada
y empezar el tedio
de juntar sílabas
en el minuto exacto
como un preciso desconocido
y temer
siempre
al recuerdo que tirita
como gota en la hoja
temer
luego olvidar
que es lo único
que limpia
como el silencio
comenzar con la pausa
que es la ortografía del silencio
hasta entender al silencio
como la gramática del alma
ya es tiempo
de fugarnos
y que nadie nos nombre

 SIETE


No voy a creer en los fantasmas que me otorga la necesidad de creer. No, ahora tiro los papeles de la incómoda postura de aferrarme a las cosas que solapadamente el mundo me otorga con giros irónicos. Ahora me acojo de buen ánimo. Abro las puertas del coraje y la razón. Y me voy sin mentiras, sin el tedio de crear mundos iracundos y feroces que me destruyan. Soy fuerte, aun para las cosas sobre las cuales no hay que ejercer fuerza alguna. Me propongo destruir la elongación de una actividad infecunda. Auxílienme en esta hora de reconocimiento las almas valientes que no vacilaron en la crepitante luz del racionalismo. Socórranme las brújulas incendiarias que iniciaron la travesía. No quiero encontrar nada más allá de mí porque todo está en mí. Reconocerme es conquistar el territorio total que abarca mi existencia. Ahora lo dejo todo: ideales, formas quiméricas de mi afiebrada sed, encantos tardíos, llantos desbordados como marea encinta. Ahora contemplo desde lejos porque me adentro en la aventura de adivinar qué contiene esto que soy, qué atrae, qué espera a la vuelta de mí en los escondrijos donde la memoria se contrae. No a las piedras Alejandra, no a los arrecifes y su llamado de trueno, no a los fatuos fuegos del amor. Ahora desciendo por la calma y el reposo. La mente me impone una tarea de sueño perfecto, de quietud corpórea. Porque no ha de decirme nadie cómo escuchar mi silencio, no han de conducirme por la arena movediza de las apariencias. Sólo quiero rescatar al hombre que camina bajo la lluvia. Sólo pido sacar su cuerpo de entre todos los cuerpos que le atrapan. Pido una tregua para el asombro, una calle cortada en dos como la vida y la muerte. Pido que me dejen con las palabras que siempre se repiten hasta descontrolar la lengua. Reniego del caos. Afuera de mi casa los fantasmas pensarán que me he ido, pero no, estaré acostumbrándome a no abrirles la puerta, estaré con los pies afiebrados de caminarme hasta que llegue la noche que no es sino una sombrilla que se regala el sol. Y espero en la oscuridad no creer en algo distinto atrapada por el silencio y su río de juegos engañosos. Arrópenme las certezas del aullido de los débiles. Pido la anuencia de los que nunca destilaron el vino perverso de la imaginación. No quiero un itinerario de viajes torpes. No quiero la flaqueza de escribir un diario de razonamientos iracundos para explicar la luz fugaz del mediodía. Déjenme atorada en la posibilidad de lo posible. Sólo eso. Y Luego fúguense por el entramado de dudas que ya no me conciernen. Ahora van a llover las verdades y estoy lista para destapar los espejos del gran luto ignorante. Que los muertos caminen con sus cruces y sus penitencias. Que nadie, absolutamente nadie me tire cartas de amores parcos debajo de la puerta. Que no quiero escribir ahora que no creo en nada, menos en la escritura, la mayor de las mentiras. Ahora dejo mi taza, mi carpeta de anotaciones absurdas sobre una ciudad absurda y vieja. Ahora soy vieja y me acuesto creyéndolo, de cara al espejo, de cara al tiempo, sin trampas ni ecuaciones grandilocuentes de atenuantes estúpidos. Sólo los fantasmas no envejecen. Y  yo no creo en los fantasmas.              


martes, 9 de julio de 2013

DIANA LUCIA LEÒN

DIANA LUCIA LEÓN
1970 -
(colombiana)

VIDA

desde mis entrañas te abrazo: solo encuentro recuerdos
que sugieren el olvido.
me revelo a la memoria,
al canto interno de mi alma,
fugaz imagen que se pierde entre las llamas.
me desarmo
a golpes de silencio me retuerzo
hasta el abismo que resume tu palabra.


DEJAME SER

la tarde
sobre el verde de la grama...
camino, quisiera
acariciar mi árbol, tumbarme de espalda,
reír a carcajadas.

soñar estrellas, caracolas, arena, piedras,

senderos sembrados de antiguas mañanas:
noches llenas de esperanza.
recostar mis penas en el muro de la infancia
y agonizar en el cuando llegue la mañana.
 
AÑORANZAS DE UN AYER FLORIDO...

valles, montañas, ríos,
refrescan hasta la mirada...
tanta riqueza y es penoso recordar las sonrisas
transformadas en desolación, desesperanzas...
niños que juegan sin temor con granadas...
madres que lloran ausencias,
el pan amargo en la mesa...

sombras cubren los campos
que ayer fueron poblados de flores,
hortalizas y esperanzas y
el viento que era un niño enredando sus alas
en los techos...

desando pasos...
retorno a la vieja casa de siempre,
gigantes verdes la rodean,
caminos cobrizos que cubre la hojarasca,
olor a fruta ya madurando,
vocecillas de duendes envejecidos
preguntan hacia dónde se ha ido la magia...

MUJER

flor que al amanecer
se resiste a cerrarse,
el silencio es su forma de cruzar el valle
y elevarse hacia la montaña.
palabras desnudas como su alma
se transforman en ecos
que el viento atrapa y conduce hacia otras regiones...

camino fértil era, y ahora
cubierta por hojas secas y arcilla, sigue sus propias huellas...

son infinitos lo misterios de su soledad.


CLAMOR

mi tristeza se une al clamor
de la tierra
bañada por ríos tojos,
voces agónicas de cobardía
a la luz de la verdad.

sueños mutilados, infantes sin amparo,
piel ajada y cansada de esperar.

lluvia infinita
de mujer que se retuerce entre gritos...
promesas mataron la esperanza,
ilusiones clausuradas por la oscuridad...


DERECHOS RESERVADOS PARA TODOS LOS PAÍSES

Diana Lucía León

lunes, 8 de julio de 2013

MARIANGARDI

MARIANGARDI
1967 -
(española)

QUIERO SER AGUA

Vivir es una aventura interesante.
Tropiezas y cuando te levantas ves el Sol 
en el Océano de tu vida.
La barca de Isis te mece en su vaivén, 
entre el oleaje de subida y bajada.
Vivir la realidad de los espejismos sobre
el reflejo nacarado de las aguas que reflectan
su purpureo brillo y te ciegan.
Vestirte de sirena y bajar a las profundidades
marinas donde corales y peces de colores
te hacen la corte.
Sentir el fluido transparente
enmarcando tu cuerpo cristalino,
fundirte en su hidrógeno y ser agua.
Agua destilada en el Cristal de tu imagen.
Agua del cántaro de Acuario.
Agua dulce del manantial del Amor. 


COMO UN SUEÑO

La vida pasa como un sueño.
Tú puedes despertarla
y asear su rostro fecundo.
Llena de semillas explotará
en tus manos ocres y cenicientas.
Nunca antes habrás contemplado
paisaje más insólito.
Mientras duerme la vida,
ella te espera.
Esa gran desconocida en la naturaleza
de la muerte.




POZO INSÍPIDO

Buscan poetas comprometidos

con causas humanitarias.
Mientras la ignorancia camina
tan cerca que les desplaza en la cuneta.
Siguen inalterables mientras el hedor 
les remueve las vísceras.

Pensar en el mañana que alumbrará tus días

y acariciará tus soledades.
Saber que el único maestro que te servirá
es el que llevas en el interior.
Los maestros externos son admirados
y puestos en vitrinas de tiempo y de sangre.


Buscar fuera lo que llevas dentro

es tener muletas y arrastrarse ante iconos
dogmáticos y esqueléticos
desprovistos de carne y músculos.
Pintar rosas en las caras
y lanzar espinas en el corazón
es lo mejor que saben hacer.


Sociedad empecinada en cambiar

el rumbo de la naturaleza exterior
mientras la interior queda olvidada
en el pozo del alma.

JUANA CASTILLA

JUANA CASTILLA
1954 -
(argentina)

A MI ME PASA LO MISMO QUE A USTED

A Usted le pasa lo mismo que a mí.
El lunes desparrama ese fuelle de luz y el martes sólo algunas gotas.
Un gesto mojado y su cara de no haber sido nunca, de estar a quinientos kilómetros con las persianas bajas.
Y uno no sabe qué hacer, si acercarle un beso por ejemplo.
Solo ? puede ser.
A pesar de las mujeres que van y vienen por su vida, su piel arriba de otra piel y su voz arriba de otra voz.
Usted gira su soledad y uno se pregunta si son ellas las que lo dejan o si es Usted el que las abandona y ellas laten como en círculo (alrededor suyo, claro).
 Y Usted late más fuerte pero un día ya no late tanto y entonces se las ve pálidas, robando explicaciones y Usted las abandona o las saluda, abraza una porción de hombros, baja por una pierna, sube por la otra y uno se pregunta qué clase de soledad es la suya y a veces me doy cuenta de que Usted también separa mis hombros, busca mi boca desesperadamente pero todo en cuestión de segundos como en una película muda y la escena va y viene mientras hiervo el último caldito con vida y pienso qué clase de amor es el suyo, si alguna vez probará mi cintura, Usted dirá, hay que ver que piensan ellas porque vio que cuando el amor trabaja en red ... bueno es más difícil convencerlas digo convencerlo, después de todo es Usted el que arrima su vida cada tres viernes.
Tres viernes ! no cualquiera, ya sabemos que Usted es único y si me quisiera todos los días sería algo tonto como ese amor de Frank Sinatra que bailábamos en los años setenta no porque Usted no sea capaz de amor de lunes a viernes sino porque ni siquiera sé si es Usted el que se arrima o si soy yo la que pienso y luego existo cada vez que Usted está ahí respirándome es decir respirando un ejercicio para elongar la arteria, arteria dije ? No me haga caso, es que hoy es sábado y Usted andará sacando fotos por alguna calle parecida al río, techos enhebrados de pinos y el perfume a San Isidro y así los ojos tropiezan con velas blancas y Usted que una foto que otra y seguro se le hace tarde y ya no hay tiempo de algo tonto porque mañana es domingo y Usted los domingos ... no sé qué hace Usted los domingos ni cómo se enoja si alguien abre su cámara y se velan los techos, el perfume a pino, ya ve que soy un poco posesiva, me gustaría aunque sea una foto al lado suyo.
Que quién la saca ?
Es lo de menos, alguien por la calle que trepa entre casas blancas mientras Usted silba ese amor de los años setenta.



 
Estupenda prosa de Juana Castilla, se nota su gran profundidad y su domio de la palabra, la autora por caminos quizá desconocido al percibir una realidad tan lejana de sí misma y, al mismo tiempo, pareciera tener un deseo parecido a eso que siempre nos asalta de día o de noche: un imposible. Ese imposible que no quisieramos ver ni presentir, pero está ahí, en algún rinconcito de su alma, clamando una posibilidad que con toda seguridad parece no darse jamás...
 

jueves, 4 de julio de 2013

TATIANA AGUILERA MUÑOZ

TATIANA AGUILERA MUÑOZ
1955 -
(chilena)

RUTA DE LAS AGUAS

Llueve la ruta de las aguas:
se desprenden gotas de mi vida.
Llueve,
me levanto despojada....

.............
ARRAYANES

Florecen arrayanes a contraluz de los ojos
balbuceando en las sombras
una gota de agua me desafía.
La vida acontece, y ese caer me sangra...


ÁRBOL DESNUDO

Hay que saciar la sed del árbol en desnudez
-dicen que tras la muerte
todo es levedad-:
yo te deseo vivo
y ejecuto nubes, en caída de diamantes...

COMENCÉ A ENVEJECER


Valoro tus gestos
derramados en rocío, en palabras.
Siempre serás lo que eres:
un  impredecible acontecimiento.
-comencé a envejecer
y espejos del alba aligeran las huellas-


lunes, 1 de julio de 2013

JUAN BARROSO

JUAN BARROSO
1955 -
(español)



Cuando miro la sombra que me sigue
atada a mí durante el día
veo en ella la solar radiografía
de ese otro ser que me acompaña.

Ese otro yo de amistad ciega
camina tras de mí cuando te miro
cegado por la luz que me proyecta
en plano cenital de horizontal tierra.

Se amolda a la pendiente en mi camino
trepando a las paredes de tu puerta
cuando el sol desciende a mis espalda
cedido por ver que la noche llega.

En la ausencia de luz mi sombra es todo
nada en la noche a mi suerte le sujeta
mientras muero en el sueño de la idea
recorre en negritud la paz de tu calleja.

Regreso sombra crecido en la mañana
freco de mar y humedas tierras
menguado cuando el sol está en lo alto
vuelvo a crecer cuando la tarde llega.

Cuando miro a esa sombra que me mira
veo en sus pasos la vida de cualquiera.
Baile de sombras que el sol nos marca
repitiendo compases de quimeras.



 EN EL FONDO DEL ALMA


Mientras que despacio vas matando este verano,
desde el centro descentrado de la idea,
si miras al fondo de tu alma ausente,
en esa pared desconcha que hay en frente,
donde el orin decolora los narcisos,
hay una puerta que parece una salida,
y un cartel de empuje nunca usado.

En ella un satánico triste crucifijo
cromado en negra sangre seca
que hiela la risa al rocio en la mañana.

En ese punto, verás a la derecha
el trono casi nuevo y defecado
de un dios padre siempre ausente
sin rastro del hijo que le hereda,
ni la paloma trinitaria en quien delegan.

A la sombría mano izquierda verás
que pendula ahorcado el proletario,
sus sombras cuelgan bajo el yugo
que miserables subyugan
la bondad interior del edificio
decorando el vacio metafísico.

Sobre esa bóveda de cristal
que tus neuronas cubren
en  vuelo circular unas polillas
revotan atraidas por tu idea.

Son polillas blancas de almas lunares,
amantes del rocío de vientre negro,
melanogaster en tanta teología
que esperan el feliz desanlace de la historia,
la apocalíptica la apertura de la puerta.

Y te animas y empujas como la letra dice,
y la puerta es un falso dibujo que te deja,
en la estacada, con dos palmos de narices.

Y es el muro un infinito bloque de granito
donde toda la oquedad es nada
y todas las salidas ya están tapiadas
siendo a la bóveda de cristal de tus neuronas
hacia donde todas las polillas angustiadas miran
junto con la melanogaster, musca del vinagre,
esperan que fermente el rancio néctar de la orina.

El verano despacio va muriendo
en el centro descentrado de la idea
la mirada ausente inanimada queda
sin alma sin luz sin esperanza.
habrá que desechar la ficticia idea.
El verano despacio va muriendo


POEMA DE LAS CINCO PENAS 
Dedicado a Miguel Hernandez

Tengo la pena que tiene
la pena de tu elegÍa,
cuanto mas pena mas mía,
pena bosque de sartenes.

No es pena que el alma llene
porque el mal en mi agonÍa
no me para en la porfÍa
del mundo de donde vienes.

Rayo, dolor de alegrÍa
de esta sangre labradora
que canta al rayar el día

rayo, aurora cegadora,
que no cesa en la poesía.
que requerimos ahora.



PÁRATE AQUÍ JUNTO AL ARROYO



Cae dulce la tarde en este mayo.
Paremos a soñar junto al arroyo.
Ya te dije corazón que descansaras,
que al final del camino
ya nadie nos espera.
Párate aquí junto al olivo,
ya es primavera
y siento fatigados tus latidos.
Tantos años golpeando en oleaje
en las ciegas marejadas de mi pecho,
siempre corazón, reloj infatigable
de acompasado y lento eco.
Musculado titan, fibrado acero,
fiel a las demandas de tu dueño.
Agradezco tu pasión en mis esfuerzos.
Ya no preciso que me empujes,
hasta aquí hemos llegado,
lo que dejé de hacer
lo doy por hecho.
Párate ahora para morir conmigo
no cargues más
con este muerto vivo.
Si te encuentras cansado
siéntate un rato junto al río,
no te sientas obligado,
no te batas por mí,
yo también estoy cansado.
Cuando tu quieras lo dejamos.

Cae dulce la tarde de este mayo.
Párate a soñar junto al arroyo,
ya te dije corazón que descansaras.
Lo que pudimos hacer ya lo hemos hecho.