domingo, 6 de julio de 2014

CECILIA BENAVIDES DE CARVALHO MEIRELES

CECILIA BENAVIDES DE CARVALHO MEIRELES
1901 - 1964
(brasileña)

No cantes, no cantes, porque vienen de lejos los náufragos,
vienen los presos, los tuertos, los monjes, los oradores,
los suicidas.

Vienen las puertas, de nuevo, y el frío de las piedras,
de las escalinatas,
y, con un ropaje negro, aquellas dos manos antiguas.

Y una vela de móvil llama humeante. Y los libros. Y
las escrituras.

No cantes, no. Porque era la música de tu
voz lo que se oía. Soy una muerta reciente, aún 
con lágrimas.

Alguien escupió distraída mente sobre mis pestañas.
Por eso vi que ya era tarde.

Y dejé en mis pies quedarse el sol y andar las moscas.

Y de mis dientes se escurrió una lenta saliva.

No cantes, pues trencé mis cabellos, ahora,
y estoy ante el espejo, y sé bien que ando en fuga.



Autorretrato




Cecilia mía
Terciopelo
Mi vida

Asaltas y seduces
Anima destructiva
Que preserva el alma
Querida iluminada

Construyes y azotasEnamorada de tus defectos
Envidiosa de tus placeres
Ignorada por los espejos
Seducida por los ojos
Rara comedida
Inconmensurable

¿Cómo fue que llegaste a este mundo?
Desposeída privilegiada
Aterida
Risa a carcajadas de jugar por los otros
Revendida postrada
Prostituida santa
Tormento sereno de tus noches
Alba de casas
Acariciado la humedad
De una sola soledad
Cristalina borracha
Borrada y aparecida

Cuando tú quieras Cecilia
Saldremos otra vez
pero eso sí
Con la máscara
por favor sin ella
Me estoy acercando al triunfo de quererte
Espíritu retorcido
Naufragante
Viva muerta
A como dé lugar
Tremendista arrepentida

Culpable sin una culpa








Al descubierto










Si pudiera salir de la oscuridad
Porque la voz que anima
Y el salto lujurioso que ensancha mi pecho
No es normal
Si también pudiera salir del castigo
Estaría atenta al bien
Resbalaría como una merluza
Me hartaría
No sería de este mundo pequeño
Donde apenas encuentro desorden

Si escapara por el canto
Ya no sería este sapo lleno de baba
Mirando la certeza del azul
Si no chocara con mi ruido
Si perdiera la estridencia
Volaría
Qué amable sería para todo.



viernes, 20 de junio de 2014

NAHIR SUBELSÚ

NAHIR SUBELZÚ

NAHIR SUBELZÚ
1968 -
(uruguaya)





AL DIA QUE NO ESTÁS

Un día sin ti es una reverencia al desamparo,
una brecha  feroz en el alma abrasada
de acerba soledad
y desencanto.
Una entelequia gris en mi cabeza…
Un grito de dolor.
Un augurio fugaz  de desaliento.
Una maldita pausa
entre sístole y diástole
de una complicidad sin concesiones al más nimio descuido.
Ochenta mil segundos desiertos de armonía.
Demasiados momentos despoblados de estrellas.
Infinitos instantes cómplices de la muerte. 
OJOS DE AGUA

 
Soy un secreto a voces,
 un puñado de arena incandescente, 
un movimiento pendular,
un chaparrón de semillas de colores,
un a onda en el agua,
sucesor de otra onda, y de otra…
Soy la sombra,   el temblor,  el desconsuelo,
el heredero de un tesoro inventado.
 A veces, un haz de luz mortecina
atravesado por motas de polvo deambulantes,
un báculo sin dueño,
un espejo hecho añicos
y sus correspondientes años de infortunio…
Una preguntas retórica,
un descuido,
un rastro de carmín inculpador,
una falacia,
una disculpa incoherente a mitad de camino
entre mi desazón y tus ojos de agua.




LA CRUZ DEL SUR
Estío,
medianoche.
La brisa balancea
levemente el cedrón
perfumándonos el aire.
La casa se estremece frente a tanto silencio.
Dos jirones de nubes
inmóviles observan, como tú,
las estrellas...
Buscas en nuestro cielo
no sé que raro misterio...
Mis ojos te acompañan en ese extraño viaje
mientras descubres seres rondando el infinito.
Tu mano distraída va dibujando lunas
en la piel de mi espalda
bajo el blanco vestido.
¿La ves?
Aquella es,
apenas reclinada sobre el negro horizonte,
la que antaño fue guía generosa y espléndida
de arrojados marinos,
la que señala el sur sin titubeos...
¡Qué maravilla esconde su aura
luminosa,
sinople y plata!
(Oigo tu voz quebrada
rendirse ante tanta rutilante belleza)
Contémplala, mi amor,
contémplala sin tregua ni final,
esa es la Cruz del Sur,
mi Cruz del Sur.
Mírala eternamente desde el sueño
porque cuando despiertes
volverás a perderla una vez más...
volverás a saber
que ya hace mucho tiempo
la hemos abandonado.

Imagen de Carlos Ordenes Pincheira

lunes, 16 de junio de 2014

SOLEDAD FARIÑA

SOLEDAD FARIÑA
1943 -
(chilena)

¿AGUA SOY  PIEDRA?

quedó el aire de mi boca soplando
las cumbres azules de la tarde

(divaga solo sin saber donde posarse
ni qué hacer con tanta levedad)

y yo aquí       buscando el agua

con mi raíz de piedra    Hundiendo
pensamientos violáceos  en la profundidad
de esa roca


la luz oblicua me horada
azules y grises superpuestos me conforman

estoy plena de quietud             Pero hablan
mis bordes en amarillo oscuro

tengo un peque caracol petrificado
en mi base

pero es mi luz la que habla


     Entre junturas
me ha crecido la hierba
    y estoy irregular
     en mis pisadas

lilas y azules atraen
     a los pájaros

el infinito es piedra    también


 Me han cavado hornacinas
        para honrarme

   :
        unas al lado de otras
nos decimos palabras misteriosas:


      arena   pálida   fósil

       caracol  humeante


    Mi gravidez de piedra casi
      se ha convertido en aire
          en esta luz  diáfana


     La ondulación antigua
      dio una curva a mi hueco

En mi baile primero  he quedado inclinada


 Me he abierto una ventana
          para dejar  paso
a los des azules de los cerros

Erguida en mi color rosado
    pequeñas rugosidades
            me recorren


He traído toda la luz   hasta mis caras

       he dado a mi ojo el tiempo
  y descanso mirando con pupila
                de trapecio

(pero   ¿y la frente?
¡y la frente? pienso)


              Se yergue
   para que el sol la alcance
      en la superficie plana

              Se inclina
suavemente para seguir la ondulación
             de los cerros


              Un pequeño canal
          se desliza   en silencio
           por mi mano rugosa

                zigzagueando

bajan a unirse al centro de la tierra
       la sangre fresca     el agua


      Dos profundas fallas
      me hienden los costados

      carcomida  en abrupta ladera


      me inclino recreando
      siete terrazas verdes


      Bajo el peñasco verde
      despliego mi humedad    en laguna sombría

     soy pórtico    al oscuro
   

    pero también tengo blancura
    en esta formación
 

    Desciendo a mi guarida nocturna


    ojo de agua

    aire de agua    vertiente de agua

    busco


    Empozadas mis gotas
 
    en las rocas calcáreas

    lagartos y serpientes   cuidan

    de mis estanques    incrustando sus cuerpos

    en mi piedra preciosa


 
    (luna   luna

    están llamando a la luna)


     quebradas
     cascadas de montañas están labrando el agua
     en mi peñasco oscuro

     lagunas
     en partes encumbradas

     para que sople   con más encono
     el viento de mi cráter nocturno


    ansiosa bebo de mi agua contenida
   
    gusano fecundante

    ave lacustre   de lago subterráneo

    flamenco de plumaje largo     soy

    rana oscura con ventosas marcadas


    parina de plumaje rosado

    vuelo al ruedo y me mezclo a los peces

    caminando en el agua


    me arrastro cautelosa   bicéfala

    mi lengua


    una de mis cabezas   guarda la boca dulce

    la otra pide agua de mar

                          de mar de tempestades


                     rojiza

    nacarada    caracola    marina

soplando mi espiral   voy inventando nubes

                 en zig zag    en rombos
     
               me vacío al surco abierto


               al corazón penetro

               imitando
             
              el gemido del viento en la alta cumbre

(qué escucha mi ojo de agua)


               ha quedado otro tiempo atrapado

               en mi tiempo    dice mi sombra

               con su visión de pez


(veo hombres guiando caravanas de llamas
             
                 veo hileras de músicos

                              parejas de bailarines

               veo lagartos      peces

                   
                      pintura en tintes rojos)


Han cavado hornacinas en paisaje nocturno
                   
                    dice     mi sangre

                       anaranjados

                indagan   en   mi   azul

          sin intentar fundirse      susurra

 prolongando su línea      en un abrazo largo


               que llama al amarillo


                       ¡amarillo!

              Soy pórtico a la luz

 responden desde el oscuro mis aristas

             intentando dormirse


domingo, 15 de junio de 2014

MARÍA ROSA CARRASCO PEÑA

MARÍA ROSA CARRASCO PEÑA
1928 .
(chilena)

COMO UN RUMOR

¿Quién dice?
Es necesaria la fuerza del mar.
Para destrozar la piedra.
Una gota de dolor
Empozada sutilmente
Perfora el pecho.
¿Quién dice?
Son estáticas las piedras
Sin penetrar sus entrañas.
Son silencio
Cuando en su profundidad cantan.
Son eternidad
Si nacen sin alma en su lecho de tiempo.
Es el mar
El mar dormido en su rumor de sílabas.

DENTRO DE MI..., LA LLUVIA
                                 a Carlos Ordenes Pincheira

Has llamado a mi puerta
Y las manos del sol
Hunden sus luces
En medio de la espuma.

Poco a poco una bruma
Va circundando la vida
Y apaga y enmudece
La música guardada en lo profundo-

Una gota tras otra
Nos envuelve en dulcedumbre
Como tratando de cerrar los ojos
A la tempestad que se avecina.

Y llueve, y llueve en silencio
Dentro del alma en círculos dormidos.
Es la tempestad de los sueños
quien castiga ilusiones y recuerdos.

El sol oscurece poco a poco
Y llueve y es un agua azul
Que abraza las sombras en mitad de la noche
Lanzando una gota de mar en desolado.

Y es la vida, se hace brizna, juega con la niebla
Y el silencio sin límites me cubre
Y mis lágrimas se hacen lluvia en los cristales.
.

sábado, 14 de junio de 2014

MIGUEL RAMOS CARRION

MIGUEL RAMOS CARRION
1848 - 1915
(español)

EL SEMINARISTA DE LOS OJOS NEGROS

Desde la ventana de un casucho viejo
abierto en verano, cerrado en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubios cabellos
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas, pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
y que por la espalda casi roza el suelo.

Un seminarista entre todos ellos
marcha siempre erguido, con aire resuelto.
La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos
desde que la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubios cabellos,
la mirada muy fila, con mirar intenso.
-Y siempre que pasa, la deja el recuerdo
 de aquella mirada de sus ojos negros-.

Monótono y tardo va pasando el tiempo,
y muer el estío, y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.
Desde la ventana del casucho viejo,
siempre sola y triste, rezando y cosiendo,
una  de rubios cabellos salmantina
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Pero no ve a todos. Ve solo a uno de ellos,
"su" seminarista de los ojos negros.

Cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
           marciales arreos.
Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego
parece decirla: ¡Te quiero! ¡Te quiero!,
yo no he de ser cura. yo no puedo serlo;
¡si yo no he de ser tuyo, me muero... ¡me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho;
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya solo vive en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.

En una lluviosa mañana de invierno
la niña, que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos:
por la angosta calle pasaba un entierro.
Un seminarista, sin duda, era el muerto;
los seminaristas iban en silencio
con beca roja por cima cubierto
y sobre la beca el bonete negro.

con sus voces roncas cantaban los clérigos,
siempre en dos filas hacia el cementerio,
como por las tardes al ir de paseo.
La niña, angustiada, miraba el cortejo:
los conoce a todos a fuerza de verlos...
solo, solo faltaba entre ellos
el seminarista de los ojos negros.

Corrieron los años, pasó mucho tiempo...
Y allá en la ventana del casucho viejo
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa, encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
recuerda con tristeza,  por las tardes,
al seminarista de los ojos negros.

jueves, 12 de junio de 2014

CLAUDIO DE ALAS

CLAUDIO DE ALAS
1886 - 1918
(colombiano)

UNA HISTORIA TERRIBLE

I

Sor Lirio era una monja de lánguida mirada,
con formas pubescentes y una blancura astral:
Sor Lirio regentaba, piadosa y resignada
la "Sala de San Bruno", en un viejo hospital...
Su blanca mano suave era solicitada
por todos los enfermos, para aliviar su mal...
porque Sor Lirio era cual una iluminada
que retrataba el cielo en su carita oval.
Su historia era una historia de todos ignorada:
pero las malas lenguas corrían el rumor
de hallarse entre las monjas por cuitas del amor...
Sor Lirio de estas cosas no dijo nunca nada;
pero terrible historia tenía ella guardada,
porque al oír los dichos prendíase en rubor.

II

...Y sucedió que un día -enfermo, macilento-,
a la Sala San Bruno, un buen poeta entró:
era un joven muy suave, lleno de sentimiento,
que a ja santa Sor Lirio el alma, cautivó...
Después de algunos días, tuvo el presentimiento
de algo inmotivado que la ruborizó,
pero a pesar de todo, con cariñoso tiento,
como a ningún enfermo, Sor Lirio lo cuidó.
Tan milagrosas fueron sus manos de alabastro,
tanto su santa boca a Dios encomendó,
que prodigiosamente el bardo mejoró.
Pero las malas lenguas -que siempre buscan rastros-
murmuran que Sor Lirio, en una noche de astros,
por su piedad vencida, con el poeta huyó...

III

Las monas, desde entonces, refieren el pecado,
diciendo que el poeta era un endemoniado...
¡Embajador del diablo! ¡Espíritu del mal!
Y agregan que Sor Lirio se encuentra condenada...
Pero en la faz de todas surge una llamarada
si algún poeta enfermo penetra al hospital.

miércoles, 11 de junio de 2014

MANUEL LAGOS DEL SOLAR

MANUEL LAGOS DEL SOLAR

(chileno)

CARTA AL ESPANTAPÁJAROS

Estimado y silvestre espantapájaros:
esto deque le escriba
no debe parecerle extraordinario.
Al fin y al cabo
yo siempre lo he admirado...
¡Qué gracia tiene usted. tan peregrina!
¡Qué cordiales y humildes son sus manos,
verdes y antiguas, que, al compás del viento
aspan, sembrando adioses desmayados!
Nos parecemos mucho. Me siento con usted
casi identificado...
Como usted, yo converso con la luna;
como usted, divinizo mis harapos.
Y los dos, siempre estamos
con los brazo abiertos,
Y escuchamos, absortos y embobados,
las múltiples historias diminutas
que se cuentas los pájaros.
Y ese aire de ciruelo desolado
que a mí también me adorna.
Y esa actitud estoica que adoptamos
frente al aire y al agua desatados.
Y esa común manera de pararnos
en lo alto de las lomas,
para mirar sin prisa los sembrados...
En sume, me parece que, a menudo,
soy un espantapájaros.
Por todo esto, colega,
la próxima vez que yo sienta
que el corazón me cuelga como un trapo,
voy ir a buscarlo
para salir de juerga
una noche cualquiera,
cantando,
con los brazos abiertos, por los campos...

martes, 10 de junio de 2014

ALFONSO GÓMEZ LÍBANO

ALFONSO GÓMEZ LÍBANO
1918 - 1988
(chileno)

TACITURNO SOMBRERO DE NEBLINA

Solucionando,
viendo y murmurando
lo que suelo abarcar en mis miradas,
solo y junto a la espera de unos pasos
tenblorosos,
yo, aquí,
con mi negro sombrero ciudadano,
con mi boca roída de malezas
y este andas ya doblado de cansancio,
permanezco absoluto,
indefinido,
sin tratar de abatir interiormente
este hueco maldito que circulo
y desvela de pronto mi destierro.
Yo no sé cómo pude alcanzar esta tiniebla,
cómo pude girar y remontarme,
no espantar mi desidia,
contemplar a mi asombro primero,
sigiloso,
y rodar desde mi leve oscilación
desvencijada,
hasta dar en el delirio rumiar de tanta cosa
que me hastía.
Y yo, aquí,
en la torpe quietud de los que saben
lo que esperan,
con mi duro perfil apasionado por lo nuevo,
me diluyo al rumor de lo yacente;
y este viejo sombrero de neblina
es el muro que nace entre la obscura,
taciturna tristeza del olvido.


JUAN DE DIOS PEZA

JUAN DE DIOS PEZA
1852 - 1910
(mexicano)


REÍR LLORANDO

Viendo a Garrik actor de la Inglaterra
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el mas gracioso de la tierra
y el más feliz...»
Y el cómico reía.

Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro le dijo, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».

Viajad y os distraeréis.
¡Tanto he viajado!
Las lecturas buscad.
¡Tanto he leído!
Que os ame una mujer.
¡Si soy amado!
¡Un título adquirid!
¡Noble he nacido!

¿Pobre seréis quizá?
Tengo riquezas
¿De lisonjas gustáis?
¡Tantas escucho!
¿Que tenéis de familia?
Mis tristezas
¿Vais a los cementerios?
Mucho... mucho...

¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.

Me deja agrega el médico perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.

¿A Garrik?
Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.

¿Y a mí, me hará reír?
¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
Así dijo el enfermo no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ho! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.


lunes, 9 de junio de 2014

BALDOMERO FERNANDEZ MORENO

BALDOMERO FERNANDEZ MORENO
1886 - 1950
(argentino)

AUSENCIA

Es menester que vengas;
mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho
y torno a ser el hombre abandonado
que antaño fui, mujer, y tengo miedo.
¡Qué sabia dirección la de tus manos!
¡Qué alta luz la de tus ojos negros!
Trabajar a tu lado, ¡ qué alegría!
descansar a tu lado, ¡qué sosiego!
Desde que tú no estás, no sé cómo andan
las horas del comer y las del sueño;
siempre de mal humor, y fatigado,
ni abro los libros ya, ni escribo versos.
Algunas estrofillas se me ocurren,
e, indiferentes, al aire las entrego.
Nadie cambia mi pluma si está vieja
ni pone tinta fresca en el tintero.
Un polvillo sutil  cubre los muebles,
y el agua se ha podrido en los floreros.
No tienen para mí ningún encanto,
a no ser los marchitos del recuerdo,
los amables rincones de la casa
y ni salgo al jardín, ni voy al huerto.
Y eso que una violenta primavera
ha encendido las rosas en los cercos.
y ha puesto tantas hojas en los árboles,
que encontrarías el jardín pequeño.
Hay lilas de suavísimos matices
y pensamientos de hondo terciopelo,
pero yo paso al lado de las flores
caída la cabeza sobre el pecho,
que hasta las flores me parecen ásperas,
acostumbrado a acariciar tu cuerpo.

Me consumo de amor inútilmente
en el antiguo, torneado lecho;
en vano estiro mis delgados brazos:
tan solo estrujo sombras en mis dedos...
Es menester que vengas;
mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho.
Ya sabes que sin ti no valgo nada,
que soy como una viña por el suelo.
¡Alzame dulcemente con tus manos,
y brillarán al sol racimos nuevos!

viernes, 16 de mayo de 2014

ALEJANDRO FLORES

ALEJANDRO FLORES
1896 - 1962
(chileno)


¡SEÑOR!

Hace ya mucho tiempo que, al dolor de la carga,
se ha curvado mi espalda y astillado mi hombro,
y, a pesar que mi senda día a día se alarga,
ni suplico tu gracia, ni siquiera te nombro...

Yo jamás te pedí me tendieras la mano
para hundirme en la tierra o treparme a la cumbre;
yo jamás:imploré tu poder sobrehumano:
me bastaba el sencillo poder de mi lumbre.

Fui rebelde, Señor. pero tú te vengaste,
y fue cruel tu venganza y el dolor que me diste:
me llevaste a la amada que tú mismo formaste
como el agua de clara, como todo de triste...

Fue una noche de enero, tibia, azul, luminosa;
su alba carne de ensueño palpitó estremecida
al sentir en su vientre la tortura gloriosa
de otra vida pequeña que llegaba a la vida...

Con la fe más intensa, con la unción más profunda
te dijeron sus labios la plegaria de amor:
"Fortalece, Señor, mis entrañas fecundas
y hazle blando el camino a este nuevo dolor"...

Nunca, nunca, Señor, otros labios hubiste
que tu gracia implorara con más honda emoción.
¡Nadie, nunca, ha rogado como ella, la triste,
por el fruto bendito de su amor, todo amor!

¡Pero tú no escuchaste!... Su plegaria bendita,
hecha lágrima y sangre y empapada en piedad,
se perdió sollozando en la noche infinita...
¡y sus ojos cerraste para siempre jamás!

¡Es por eso que ahora que mi labio te nombra,
porque siento que grita su recuerdo en la sombra,
la palabra que sale dolorosa y amarga.
y la pena se ahonda y el camino se alarga!...

¡Es por eso que vago por senderos sin luces,
encorvado a la tierra donde duerme mi amor,
y en la paz de las noches yo me tiendo de bruces
y me abrazo a la tierra como a su corazón!...

domingo, 4 de mayo de 2014

JULIO VICUÑA CIFUENTES

JULIO VICUÑA CIFUENTES
1865 - 1936
(chileno)


AUN ES TIEMPO QUE VENGA

Aun es tiempo que venga la que he aguardado tanto.
Huyó la primavera, pasó el invierno ardiente.
descoloró el otoño las hojas del acanto,
y el cierzo no me trajo noticias de la ausente.

Enfermo de la vida, con su piadoso manto
me ha de abrigar, si viene, como a un convaleciente,
disipará las sombras del torvo desencanto.
tendrá mimos de hermana para enjugar mi frente.

Con su dulzura ingenua, el soñado amor mío,
confortador del alma, quien mi endeblez sostenga
será, en la inquietudes del más allá sombrío.

¡Para vida tan corta, la espera ya es muy luenga!
¡La que evoqué en mis horas de soledad y hastío,
aún es tiempo que venga aún es tiempo que venga!


FRANCISCO VILLAESPESA

FRANCISCO VILLAESPESA
1877 - 1936
(español)

LA HERMANA

En tierra lejana
tengo yo una hermana.
Siempre en primavera
mi llegada espera
tras de una ventana.
Y ala golondrina
que ens rejas trina
dice con sulzura:
-Por aquella espina
que arrancaste a cristo,
dime si le has visto
cruzar la llanura!
El ave su queja
lanza temerosa
y, en la tarde rosa,
bajo el sol se aleja.
Desde su ventana,
mi pálida hermana
pregunta al viajero
que camina triste:
-¡Por tu amor primero,
dime si le viste
po ese sendero
Pero el pasajero
su calvario sube
y se aleja lento,
dejando una nube
de polvo en el viento.
Desde su ventana,
a la luna grita
mi pálida hermana:
-Por la faz bendita
del Crucificado,
dime en qué sendero
tu rayo postrero
su paso ha alumbrado.
La luna, la vaga
llanura declina
y en el mar se apaga.
Acaso yo errante
pase, vacilante,
bajo tu ventana,
y sin conocerme,
mi pálida hermana,
preguntes al verme
venir tan lejano:
-Dime, peregrino,
¿has visto a mi hermano
por ese camino?

viernes, 2 de mayo de 2014

LUIS RODRIGUEZ VELASCO

LUIS RODRIGUEZ VELASCO
!838 - 1919
(chileno)

I
¡Cuàntos años han pasado!
pero nada se ha cambiado,
más triste no más está.
Los años que transcurrieron
¡ay, todo lo envejecieron,
recuerdos no más hay ya!

II
Fuese el tiempo de ventura,
su huella dejó amargura,
su sombra dejó dolor.
¡Quién lo hubiera imaginado
cuando este lugar sagrado
era un santuario de amor!

III
Es un panteón de memorias,
recuerdos de otras historias
de santa felicidad,
de perdidas alegrías
de otros venturosos días,
de paz y tranquilidad.

 IV
¡Ah! todo en mi mente vive,
en mi presencia revive
el tiempo que ya pasó.
Hasta parece que el viento
vuelve a tomar el aliento
con que mi cuna meció.

V
El aire que leve pasa
el silencio de la casa,
todo me habla al corazón.
Y es por eso es que palpita
y es por eso que se agita
con extraña conmoción.

VI

Todo está del mismo modo,
pero parece que a todo
cubre un velo funeral.
A veces creo que suena
la voz de ternura llena
de mi madre angelical.

VII

Allì el jardín mustio y triste,
también a él lo reviste
un ropaje de dolor.
Aun me parece que ufanas
corren por él mis hermanas
llenas de vida y de amor.

VII
El cuarto en que yo dormía,
el sitio donde solía
con mis hermanos jugar.
Este otro que respetaba,
lugar donde acostumbraba,
arrodillarme a rezar.

IX
El patio en que retozábamos,
de la luna que admirábamos
al apacible fulgor.
Los pilares renegridos
llenos de nombres queridos
que son memorias de amor.

X
Padres, hermanos queridos,
en estos sitios perdidos
hoy os quisiera encontrar.
Los que no estaban en el cielo
venid, en mi desconsuelo
acompañadme a llorar.

XI
¡Todo calla y muere en torno,
no hay otro eco en el contorno
más que el eco que hay en mí!
¡Ay! las plantas y las flores
son los solos moradores
que viven fieles aquí!




CESAR VALLEJO

CESAR VALLEJO
1892 - 1938
(peruano)


Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, 
como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; 
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, 
como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé



Y SI DESPUÉS DE TANTAS PALABRAS...

¡Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!

¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres
y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!
¡Más valdría, francamente,
que se lo coman todo y qué más da...!

¡Y si después de tanta historia, sucumbimos,
no ya de eternidad,
sino de esas cosas sencillas, como estar
en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
a juzgar por la altura de los astros,
por el peine y las manchas del pañuelo!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!

Se dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos, cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra! 




domingo, 27 de abril de 2014

JUAN GELMAN

JUAN GELMAN
1930 - 2014
(argentino)

NOTA I
te nombraré veces y veces. 
me acostaré con vos noche y día. 
noches y días con vos. 
me ensuciaré cogiendo con tu sombra. 
te mostraré mi rabioso corazón. 
te pisaré loco de furia. 
te mataré los pedacitos. 
te mataré una con paco. 
otro lo mato con rodolfo. 
con haroldo te mato un pedacito más. 
te mataré con mi hijo en la rnano. 
y con el hijo de mi hijo/ muertito. 
voy a venir con diana y te mataré. 
voy a venir con jote y te mataré. 
te voy a matar/derrota. 
nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez. 
vivo o muerto/un rostro amado. 
hasta que mueras/ 
dolida como estás/ya lo sé. 
te voy a matar/yo 
te voy a matar. 


El QUE HACEMOS
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos, 
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría 
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría 
este amor con que odio, 
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores, 
que me juego la muerte. 
de "El juego en que andamos" 




Padre, 
desde los cielos bájate, he olvidado 
las oraciones que me enseñó la abuela, 
pobrecita, ella reposa ahora, 
no tiene que lavar, limpiar, no tiene 
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena, 
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido, 
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla 
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre 
cavándome la carne, 
este dormir así, 
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido 
te digo que no entiendo, Padre, bájate, 
tócame el alma, mírame 
el corazón, 
yo no robé, no asesiné, fui niño 
y en cambio me golpean y golpean, 
te digo que no entiendo, Padre, bájate, 
si estás, que busco 
resignación en mí y no tengo y voy 
a agarrarme la rabia y a afilarla 
para pegar y voy 
a gritar a sangre en cuello 


lunes, 21 de abril de 2014

POETA-REINA

 POETA-REINA

1975 -

(española)

 

Me pierdo bajo la lluvia
por los caminos desolados de mi corazón,
antaño concurridos,
y veo que las cadenas se deshacen
y me defino en el aire. Me alejo del lago plateado
que los años han convertido en cieno
y limpio en mis pies
el hedor de las miserias podridas
con agua del nuevo tiempo.
La lluvia se vuelve torrente
y arrastra de mi alma la pus de sus heridas,
remueve hondo para la siembra
y allana la superficie
para que la semilla al caer encuentre
suave lecho que la geste.

***

Empieza a amanecer
y el sol es apenas el claro del primer reflejo.
Estoy en la orilla.
El mar me devolvió en un ataque de ira.
Me levanto lentamente.
Como no hay nadie, nadie me ayuda.
Me rodea la vida rota.
Poco me devuelve el mar tras el naufragio,
mucho lo que se guarda.
Delante de mí tengo el horizonte del mar perdido.
A mis espaldas
la promesa, la esperanza, mi amante del paraíso.
Contemplo la superficie
del que esconde lujurioso mi ser descuartizado,
del que ahogó mis sueños
y carcomió con su salitre los perfiles de mi vida.
Te sonrío y es la última
sonrisa que te envío.
El agua de mis ojos escuece más que la sal.
Giro y me alejo del mar.

***

La vida que estoy buscando
está tras del escaparate.
Desde fuera con mis harapos contemplo
sabiendo que está cerrada la puerta.
El calor de dentro aumenta mi frío. 

Enciendo un poema y me caliento.

Vago solitaria entre el bullicio.
Me escupió el mar porque me creyó muerta
y soy un náufrago sin morada
que mañana volverá a pegarse al cristal,
a ver de lejos la tierra prometida.
Extiendo una estrofa y hago mi hogar.
La vida que estoy queriendo
está tras del escaparate.
Dentro la mano entre amigos tendida.
Dentro el agua fresca que circula.
Fuera la sed del desierto.
Abro un verso y me lo bebo.

 

POETA REINA

1975 -
(española)


Hermosa mujer, preciosa poeta, Mara Romero Torres es quizá hasta ahora la
mejor poeta de los últimos años. Es su poesía un canto a la vida, a la hoja que cae,
al trino de los pájaros; al viento que hace mariposas en el agua de la fuente, a la lluvia
que danza en los techos, al mar que levanta sus olas de protesta; al niño que se internará
en los caminos del hombre, a la mujer vestida de llamas y luceros, a todo ella les entrega
retazos luminosos de su vida. Hace más de un año Carlos Ordenes Pincheira la nombró
"Poeta-Reina", y con justicia. Es una mujer tan dulce y tan buena, además de ser hermosísima.
Es nuestra Poeta-Reina, es su voz que nos acaricia a muchos miles de distancia. Es la flor
más bella de toda España.Cómo no la va a querer el Poeta si es su Poeta-Reina...


Diego de la Noche

sábado, 12 de abril de 2014

ANA MARÍA NAVALES

ANA MARÍA NAVALES
1939 - 2009
(española)

 POEMA

Mi ventana se asoma a Regent′s Park.
Soy esa piedra que nace junto al hombre,
un ojo tras otro por el camino
de luciérnagas estériles. Gotea su llanto
sobre el césped oscuro de mi piel,
y muere en la curva del día
a las puertas del infierno.
Perdidos estamos en la mirada de la fuente,
abriendo en el agua estelas de palabras.
Extraños, moribundos,
pájaros secos entre hileras de sombras,
dóciles al oleaje del vino y al recuerdo
que adorna la tarde de frágiles tormentas.
El viento derriba biombos y nombres
desencadena las hojas, despeina el río,
corre hacia mí, enamorado y solo,
aulla lenguajes clandestinos. Arranca mi vida
y deposita en el horizonte su fuego
de sedientas palomas olvidadas.


Tu Mano Recoge De Mi Piel El Tiempo…


Tu mano recoge de mi piel el tiempo,
incansable borra todo viejo amor
y regresa de la caricia como una alondra
que se debate en lo oscuro
sin encontrar la luz de la mañana
Después, serena mi cabello
en algún odio enmarañado
y llama a esa niña que enciende sus ojos
con tu boca y reza silencios
cuando los labios se acercan a tu nombre.




viernes, 11 de abril de 2014

MARIO BENEDETTI

MARIO BENEDETTI
1920 - 2009
(uruguayo)


 
ELEGIR MI PAISAJE

Si pudiera elegir mi paisaje
de cosas memorables, mi paisaje
de otoño desolado,
elegiría, robaría esta calle
que es anterior a mí y a todos.


Ella devuelve mi mirada inservible,
la de hace apenas quince o veinte años
cuando la casa verde envenenaba el cielo.
Por eso es cruel dejarla recién atardecida
con tantos balcones como nidos a solas
y tantos pasos como nunca esperados.


Aquí estarán siempre, aquí, los enemigos,
los espías aleves de la soledad,
las piernas de mujer que arrastran amis ojos
lejos de la ecuación dedos incógnitas.

Aquí hay pájaros, lluvia, alguna muerte,
hojas secas, bocinas y nombres desolados,
nubes que van creciendo en mi ventana
mientras la humedad trae lamentos y moscas.

Sin embargo existe también el pasado
con sus súbitas rosas y modestos escándalos
con sus duros sonidos de una ansiedad cualquiera
y su insignificante comezón de recuerdos.

Ah si pudiera elegir mi paisaje
elegiría, robaría esta calle,
esta calle recién atardecida
en la que encarnizadamente revivo
y de la que sé con estricta nostalgia
el número y el nombre de sus setenta árboles.


 
EL INFINITO

De un tiempo a esta parte
el infinito
se ha encogido
peligrosamente.

Quién iba a suponer
que segundo a segundo
cada migaja
de su pan sin límites
iba así a despeñarse
como canto rodado
en el abismo.



El Sur También Existe 

Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recurre al fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohibe
con su esperanza dura
el sur también existe

con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
con sus gesta invasora
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol 
y también los eclipses
apartando lo inútil 
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el Sur también existe

con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana 
y sus llaves inglesas
con todos su misiles 
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el Sur también existe


LEOPOLDO MARÍA PANERO

LEOPOLDO MARÍA PANERO
1948 - 2014
(español)


EL CIRCO


Dos atletas saltan de un lado a otro de mi alma
lanzando gritos y bromeando acerca de la vida:
y no sé sus nombres. Y en mi alma vacía escucho siempre
cómo se balancean los trapecios. Dos
atletas saltan de un lado a otro de mi alma
contentos de que esté tan vacía.
Y oigo
oigo en el espacio sonidos
una y otra vez el chirriar de los trapecios
una y otra vez.
Una mujer sin rostro canta de pie sobre mi alma,
una mujer sin rostro sobre mi alma en el suelo,
mi alma, mi alma: y repito esa palabra
no sé si como un niño llamando a su madre a la luz,
en confusos sonidos y con llantos, o bien simplemente
para hacer ver que no tiene sentido.
Mi alma. Mi alma
es como tierra dura que pisotean sin verla
caballos y carrozas y pies, y seres
que no existen y de cuyos ojos
mana mi sangre hoy, ayer, mañana. Seres
sin cabeza cantarán sobre mi tumba
una canción incomprensible.
Y se repartirán los huesos de mi alma.
Mi alma. Mi
hermano muerto fuma un cigarrillo junto a mí.



EL LOCO

He vivido entre los arrabales, pareciendo
un mono, he vivido en la alcantarilla
transportando las heces,
he vivido dos años en el Pueblo de las Moscas
y aprendido a nutrirme de lo que suelto.
Fui una culebra deslizándose
por la ruina del hombre, gritando
aforismos en pie sobre los muertos,
atravesando mares de carne desconocida
con mis logaritmos.
Y sólo pude pensar que de niño me secuestraron para una alucinante batalla
y que mis padres me sedujeron para
ejecutar el sacrilegio, entre ancianos y muertos.
He enseñado a moverse a las larvas
sobre los cuerpos, y a las mujeres a oír
cómo cantan los árboles al crepúsculo, y lloran.
Y los hombres manchaban mi cara con cieno, al hablar,
y decían con los ojos «fuera de la vida», o bien «no hay nada que pueda
ser menos todavía que tu alma», o bien «cómo te llamas»
y «qué oscuro es tu nombre».
He vivido los blancos de la vida,
sus equivocaciones, sus olvidos, su
torpeza incesante y recuerdo su
misterio brutal, y el tentáculo
suyo acariciarme el vientre y las nalgas y los pies
frenéticos de huida.
He vivido su tentación, y he vivido el pecado
del que nadie cabe nunca nos absuelva.







 
EL LAMENTO DE JOSÉ DE ARIMATEA
No soporto la voz humana,
mujer, tapa los gritos del
mercado y que no vuelva
a nosotros la memoria del
hijo que nació de tu vientre.

No hay más corona de
espinas que los recuerdos
que se clavan en la carne
y hacen aullar como
aullaban
en el Gólgota los dos ladrones.
Mujer,
no te arrodilles más ante
tu hijo muerto.
Bésame en los labios
como nunca hiciste
y olvida el nombre
maldito de
Jesucristo.

Así arderá tu cuerpo
y del Sabbath quedará
tan sólo una lágrima
y tu aullido.