LUIS RODRIGUEZ VELASCO
!838 - 1919
(chileno)
I
¡Cuàntos años han pasado!
pero nada se ha cambiado,
más triste no más está.
Los años que transcurrieron
¡ay, todo lo envejecieron,
recuerdos no más hay ya!
II
Fuese el tiempo de ventura,
su huella dejó amargura,
su sombra dejó dolor.
¡Quién lo hubiera imaginado
cuando este lugar sagrado
era un santuario de amor!
III
Es un panteón de memorias,
recuerdos de otras historias
de santa felicidad,
de perdidas alegrías
de otros venturosos días,
de paz y tranquilidad.
IV
¡Ah! todo en mi mente vive,
en mi presencia revive
el tiempo que ya pasó.
Hasta parece que el viento
vuelve a tomar el aliento
con que mi cuna meció.
V
El aire que leve pasa
el silencio de la casa,
todo me habla al corazón.
Y es por eso es que palpita
y es por eso que se agita
con extraña conmoción.
VI
Todo está del mismo modo,
pero parece que a todo
cubre un velo funeral.
A veces creo que suena
la voz de ternura llena
de mi madre angelical.
VII
Allì el jardín mustio y triste,
también a él lo reviste
un ropaje de dolor.
Aun me parece que ufanas
corren por él mis hermanas
llenas de vida y de amor.
VII
El cuarto en que yo dormía,
el sitio donde solía
con mis hermanos jugar.
Este otro que respetaba,
lugar donde acostumbraba,
arrodillarme a rezar.
IX
El patio en que retozábamos,
de la luna que admirábamos
al apacible fulgor.
Los pilares renegridos
llenos de nombres queridos
que son memorias de amor.
X
Padres, hermanos queridos,
en estos sitios perdidos
hoy os quisiera encontrar.
Los que no estaban en el cielo
venid, en mi desconsuelo
acompañadme a llorar.
XI
¡Todo calla y muere en torno,
no hay otro eco en el contorno
más que el eco que hay en mí!
¡Ay! las plantas y las flores
son los solos moradores
que viven fieles aquí!
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