MARÍA ROSA CARRASCO PEÑA
1928 -
(chilena)
PIEDRAS MULTICOLORES
En la mesa de noche cuarteada por los años
Guardo el tesoro más preciado de mi infancia:
Mis piedras multiformes
Un cántaro de cristal antiguo
Permite al agua juguetear con ellas sin recelo
Burbujeantes sus brazos y su alma
Las escudriño consigilo
Esperanzada de aprisionarlas
En la suavidad de las ondas que mecen las orillas
Y las arenas que guardan el silencio del sol
Junto al maquillaje de los surcos de todos los veranos
O en las caminatas por los empedrados de mi pueblo
Siempre, siempre mis manos acopian guijarros
Que sugieren historias nunca vistas
Unen sus sueños a otros sueños,
Inundan de ternura la energía y la razón.
Me acerco a ese cántaro
Y en un revolotear de bruma
Vacío uno a uno mis tesoros
Por la noche una hendidura de luz
Enciende mi vasija de tantos años.
Las sombras se agitan, las piedras se transforman
Sus latidos golpean esta fantasía
Su corazón y el mío se agitan por el aire
Dejando tras sí solo el silencio
Todo vive de nuevo en el recuerdo.
DESDE LA VENTANA
Las miradas de la tarde
Madrugan sobre los tejados
Colmados de acertijos
La noche y su vuelo
Se matizan de fantasías
Diseñando rasgos en la vastedad
De improviso
El firmamento extiende su vestidura
Llevándonos al encuentro de las sombras
Adormecida emoción
Crece incontenible
Desvelando sentimientos dormidos
Un abrazo sin orillas
Se proyecta desde nuestro pensamiento
Hacia la profundidad
El amor
Viste con espero su traje marítimo
Camina hacia el paraíso
Proyectado en los cristales de la niebla.
Seguro que los aires marinos inspiraron esta poesía tan pura y concreta de María Rosa Carrasco Peña. Con algo muy típico de las buenas poetas: honesta, sin envidia, firme en su concepción de la amistad. Merece grandes reconocimientos.
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