lunes, 2 de diciembre de 2013

FRANCISCO ACUYO DONAIRE

FRANCISCO ACUYO DONAIRE
1960 -
(español)


CARMEN CONSTELADO

(CARMEN DE LOS MÁRTIRES DE GRANADA)


Para Antonio Carreira



Si esmeralda el azulejo,
la fuente prende la lágrima
de zafiro o de diamante
que en el silencio se engasta

con el sonido del viento
y la música del agua;
como tesoro se sueña
bullicioso en la distancia,

para fundirse en la noche
joyel que el cielo derrama
sobre el estanque dormido
como presencia lejana.

La velocidad del tiempo
en esta noche se para,
para beber la corriente
que eternamente repasa

en la bóveda celeste
el tránsito de las almas
que, con rastro irreversible
deslizan su resonancia

del camino nunca hollado
que entre los astros se espacia.
En la fuente se refleja
del Cisne el vuelo y del Águila,

y el devenir del jardín
que transita con el agua:
sobre la corriente, con
ceñudo gesto la cala,

en este jardín hermético,
oculta busca la causa.
En el naranjo un arpegio
de luces y sombras pasa,

y la luna en la magnolia
tañe cadencia la plata
que, capaz de innumerables
astros, arde en las barandas.

Nos acompaña la noche
que discurre sosegada
(su movimiento falaz),
arquitrabe y friso pasan,

un antes miró inestable
en el sueño de la pausa,
creyéndose en el después
que ahora agita la casa.

Constelados maceteros
donde se asemeja que alzan,
por beber de la corriente,
un arcángel de fragancia

que, en equilibrio su espejo,
con materia de la nada,
elabora entre las flores
una imagen algebraica,

la imagen móvil de la
eternidad que en el agua,
si quieta está para el astro,
entre los mirtos avanza.

(Del libro Centinelas del sueño, 2007)




EL HADA DE MI NIÑO

A Jorgito



   CUANDO te sientas solo,
mi niño, ten presente
la mágica aureola
del hada de la nieve.

   Su velo sobre pétalos
de rosa te protegen,
te acoge y de la sombra
como estrella de fuentes.

   Cuando te sientas solo,
la ventana estremece
el cristal del invierno
con aliento sin dientes,

   cuando la niebla o nube
sobre los muros vence
la soledad traidora
que desnuda su albergue,

   su lecho de amapolas,
sus pétalos de leche
que tibios visten velo
entre nieve a la nieve.

   Cuando te sientas solo,
la luz muestra el juguete
de querubes furtivos
que juegan con la suerte.

   Mi niño en su palacio
de algodón transparente,
canicas y cristales
cuenta por capiteles,

   y un cervatillo inquieto
sobre el lomo sostiene
las jambas y el dintel
de vidrio y cascabeles.

   Bajo monte de pájaros
la imagen de la nieve.
Aleja. Lejos. Deja.
Deja que ella te bese,

        y que ponga su magia
tu mejilla caliente,
que tenga de tus labios
el clavel, y en tus sienes,

   mi niño, dos guirnaldas
con la luz de las fuentes,
con aroma de mirtos
y colores de peces.


Del libro Pan y leche para niños, 1997





FINALE

   DEL ángel soy naufragio de la ciencia
que a luz de mi reflejo suspendido
–aunque poeta, referidlo os pido–
tendrá matiz espejo toda esencia.

   ¡Cuánta los dulces términos ausencia
demuestra tanto coro trascendido!
desmayo abajo viendo que han subido
la luz y el alma, el aire y la conciencia.

   A la luz donde duermo no escondida,
un ramo me recuerda destilado
en el vaso profundo de la vida.

   Concentro en él mi ardor, y en él me inspiro:
y de la esencia púrpura turbado
se elevan los aromas, y suspiro.

Del libro, La transfiguración de la Lira, 1984


DISTANCIA DE AMOR


«Sus pasos desiguales
y en proporción concorde tan iguales»
FRAY LUIS DE LEÓN: «Noche serena»


SI tu mano se alarga hasta mi mano,
no soy sino aquel temblor perdido
en la distancia, y si me miras, vano
aliento de azucenas perseguido.

Si acaso fue soñado lo vivido
la verdad no tendría tan lejano
cuerpo, ni nombre, ni aire, ni sonido,
ni luz en infinito meridiano.

La cima del amor no tiene hallazgo
ni resistencia a separar instantes
de eternidad, acaso aspira el rasgo

con esas manos quietas en la herida,
a tener con las mías, tan distantes,
la nada que conforta en su medida.

Del libro Mal de lujo 1998

Francisco Acuyo, Granada, 1960, España.




1 comentario:

  1. Francisco Acuyo es un poeta fino cuyo lenguaje limpio y de gran luminosidad le permite construir una poesía de andar suave y armónico, no cayendo jamás en los tonos bajos y de mermelada, es un cantar
    sereno y cálido, -en métrica perfecta- que nos muestra la facilidad que tiene para forjar una poesía que con agrado se lee y se relee... Poesía de poeta grande y verdadero...

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