jueves, 4 de octubre de 2012

CARMEN CONDE

CARMEN CONDE
1907 -

(española)

MADRE
 1 recuperada

S. Eres el hueso de mi madre,
pero tu voz ya no es su voz tampoco.
La memoria de ella te rodea...
¡Su joven estatura, su alegría,
aquel ímpetu me dio la vida!
Su palabra fue narcando mi camino.
Y aquella voz tan alta y vibradora
llega muerta dentro de tu voz.

Y tus cabellos..; ¡dónde tus ojos?
¿Dónde el brillo de la luz que me alumbrara?
Est.an sdecos como frutos sin estío.
No los veo ni me guían ya sus ojos.

¿Estos sonlos pecho que yo tuve
enmis labios sin la voz que los nombro?
¿Es el cuerpo que me hizo, esta traza
de carne ya dormida?...
¡Pesas poco, madre!
En mis duras piernas yo te mezo.
En mis brazos te recuerdo como a hija.
Teb responden maternales
las entrañas que me diste.

¡Cuánto dueles! Cual un oparto
que desgarra tu vejez inesperada.
A tu lado hay una sombra de  mi sangre...
El amor conque me hicisteis
aún resuena enmis arterias.

Fue tu tronco el más caliente a mi contacto.
Siempre anduve yo cubierna con tu apoyo.
La conciencia, la lealtad,la fortaleza
ante la vida son las tuyas.
¡Y ahora vioenes como un niño ante mis ojos:
no sonríes ni esoeras nada.

II apagada

Los senos flotan cual hojas secas en el agua.
Somos arrugados, verganzantes, casi huidizos...
¡Og, seños de la madres viejas,
ayer henchidos de vida, rezumándonos
la vida blanca, espesa y dulce, de la leche!
Con besos los cerrabannuestros padres.

Con suspiros velaron cuando novios
los pequeños volvanes de los señçnos.
Grandes flores tersas,bienolientes,
emergíanenlas nupcias, con su cándido
iniciarse enel amor.

Son palomas, les dijeron. Estos seños son palomas.
Las manos se ahuevçcaban por su espuma,
desnudándolos...
Y debajo del amor estaba el hijo:
otra boca que prendía su contacto vacilante
a los picos, a las alas de los senos.

1 comentario:

  1. u Una de las mejotres poetas españolas,cuyos sentidos poemas a esa noble mujer que da todo por sus hijos, recordarla como era, como fue adquiriendo las enseñanzas y los quehaceres futuros.
    Carmen Conde labra sus poesías con amor y con inteligencia, ambas herramientas indispensables para lograr una gran poesía como es precisamente la suya.

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