jueves, 12 de diciembre de 2013

MARUJA TORRES

MARUJA TORRES
1930 - 2003

ESTA NOCHE

Esta noche la lluvia toca por vez primera
un rostro tan amado y perdido en la sombra.

No, no es posible que la lluvia
deshaga esa sonrisa.
No es posible que destruya ese ámbito leve
¡
que contiene tu nombre.

¿Dónde está el bosque encendido de bellotas?
¿Dónde tu mano
y el corazón batiendo su apasionado tambor?

Hay un silencio agudo
que destroza mi alma hasta morir.
Un salvaje sonido de sales penetrando en mis huesos
y este torrente atroz del  "nunca más", ahora
¡sin cansancio, sin tiempo, sin ti!
¡nombrándote siempre, siempre!

Y mis palabras resuenan en la lluvia
en esta transparencia terrible,
en esta ausencia.

Esta es la muerte. Lo sé.
Pero la lluvia dice amor inútilmente,
porque el amor inventa pasos
y formas y vuelos increíbles.
Caen los nombres frágiles del amor
como flechas perdidas.

Todos los nombres del amor
y aquellas flores tan azules,
aquel traje de amarillo de un verano,
la piel pegada a los dedos
como castañas recién nacidas en la lumbre.
Ahora solo queda este sonido tuyo
que va disperso por el mundo,
el cual sigo ciegamente.

Esos tus pasos perdidos en las calles,
en el viento, en la arena
de alguna playa que nunca vi contigo
pero que supo de mi nombre.
Porque tú siempre me nombraste,
tú siempre guardabas como un silencio
que solo a ti pertenecía.
Tú atesoraste mi nombrara decirlo a veces cerca del agua,
cunado nadie sabía que me nombrabas...
cuando nadie sabe nada...
porque nadie sabe nada de nada.

Y
por eso, ahora,  en esta lluvia, te digo que la muerte
porque el mundo es algo muy extraño
n es sino el hilo perdido de la vida,
el hilo de tus días y tus noches,
y de tu sangre que latió al unísono con mi sangre,
el hilo que guardo aquí en mi mano
y que no soltaré nunca,
porque este amor es una historia demasiado bella
para ser olvidada.

1 comentario:

  1. Una elegía preciosa, hondamente sentida y sollozada, la ausencia es un fuego apagado que no puedes
    soslayar, el estar vivo y saber que tu amor yace bajo tierra y nunca, nunca volverás a sentir su voz, su risa,
    su andar... nunca tocar su piel, besar sus manos... Oh tristeza del amor perdido de forma tan cruel...!

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