ROSA CRUCHAGA
1931 -
(chilena)
CRECIENTE
Tres veces dejé mis ojos
en párpados de mis hijos:
Aún alzo por atisbarlos.
Igual que el vaciado trigo.
Urdiendo esmeradas carnes
de fibra y brazo, he rendido,
más vacía estoy en venas
que llenaron las del hijo.
Ya sobro en mis años. Nadie
tan largo y hondo sentido,
por seis brazos los cansancios,
por tres espaldas los fríos.
Yo, desde niña cobarde,
que a la muerte prefería,
cuando de mí, por fin, huya,
más sola quedo en mis hijas.
¿Que muero en el hondo sueño
si a mis tiernas seis pupilas
siguen rasgándolas bosques
y ahogándolas neblinas?
¡Ah eternidad sin descanso,
aún cuando el hijo agoniza!
¡Muero otra vez, pero broto
en el vientre de sus hijas!
Buenísima poeta Rosa Cruchaga, entre las mejores.
ResponderEliminarEstilo poético vital y único, hasta raro, podría arguirse, pero de belleza indudable...