ANGELA FIGUERA
!902 -
(española)
ALAMO
Sobre tu liso tronco, bien ceñida
al circulo gentil de tu cintura,
álamo, me estaré. Deja que pegue
mi carne sin raíces a tu cuerpo
quieto y callado, vivo sin latido.
Toma para tus venas de este zumo
caliento y agitado de mi sangre.
Que corra en ti, que baje a tu raigambre
recia y profunda... En otra primavera,
yo brotaré en tus hojas, Por el viento
habrá un temblor de mi cuando te muevas.
ANTONIO MACHADO
I
Me fui con tu libro allí,
y luego no hacía falta;
todos tus versos, Antonio,
el Duero me los cantaba.
Siempre los canta.
II
Yo estaba quieta, contemplando el río,
el Duero, turbio y raudo
por las pasadas lluvias,
donde bogaban juncos desgajados...
Miraba, bajo un cielo desteñido,
el dulce cabeceo de los álamos,
los pino rechinantes de las chicharras,
las flores amarillas de los cardos
con u temblor de mariposas blancas.
En el sereno ambiente, un son lejano
trémulas esquilas... Quedamente,
tu sombra vino y se sentó a mi lado.
Angela Figuera..., ¡qué poeta, oh Energía de los Poderes Altísimos! Quedo en gracia al iniciar un caminar por estos increíbles senderos poéticos. Y qué mezquina son la vida y la muerte, pues pareciera que ambas se plasmaron en un silencio hacia su magnífica obra.Oh Patria, -ajena, pero mía-,
ResponderEliminardadle a esta mujer los cristales enlunados que bien se merece...!