sábado, 23 de febrero de 2013

ANTONIO MACHADO

ANTONIO MACHADO
1875 - 1939
(español)

AUTORRETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinteaños en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto de ellas pueden tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno:
y, más que un hombre al uso que sabe de su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¡Soy clásico o romántico?No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito;
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

PRIMAVERAL

Nubes, sol, prado verde y caserío
en la loma, revueltos. Primavera
puso en el aire de este campo frío
la gracia de sus chopos de ribera.

Los caminos del valle van al río
y allí, junto del agua, amor espera.,
antes que, torva, en el camkino aceche
¿Por tí se ha puesto elcampo ese atavío
de joven, oh invisible compañera?

¿Y ese perfume del hablar al viento?
¿Y esa primera blanca margarita?
¿Tú me acompañas? En mi mano siento

doble latido, el corazón me grita
que en las sienes me acorda el pensamiento:
eres tú quien florece y resucita.

ROSA DE FUEGO

Tejidos sois de primavera, amantes,
de tierra y agua y viento  y sol tejidos.
La sierra en vuestros pechos jadeantes,
en los ojos los campos florecidos,

pasad vuestra mutua primavera,
y aun bebed sin temor, la dulce leche
que os brinda hoy la lúbrica pantera,
ante que, torva, en el camino aceche.

Caminad, cuando el eje del planeta
se vence hacia el solsticio de verano,
verde el almendro y mustia la violeta,

cerca la sed y el hontanar cercano,
hacia la tarde del amor, completa,
con la rosa de fuego en vuestra mano.


1 comentario:

  1. La poesía de este gran poeta ha ejercido gran influjo entre las juventudes pasadas y también en las actuales. Profundo, lirismo total.
    Hemos quedado entristecidos al leer uno de sus poemas (Primaveral) donde sin duda presiente a su amada esposa fallecida casi al cumplir dos años de su matrimonio... Grande Antonio Machado.

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