JERÓNIMO LAGOS LISBOA
1883 -
(chileno)
CROQUIS LUGAREÑO
¡La murga del cierco viene en carretela!
Tras ella, pintados de harina y carmín,
un tonu que el ojo guina a una chicuela
y un polichinela
chispeándole en amplio traje de satín.
Frente a la parroquia y al salir de la misa
recita el pataso romance banal.
La gente se agrupa y estalla la risa
cuando una pirueta del tony matiza
un fracaso de salto mortal.
"¡Taitita, el payaso! -suspira el chiquillo,
hijo y lazarillo
de Bautista, un cielo que toca el violín.
El ciego, en sus brazos, por sobre la gente
levanta al granuja impaciente:
se ríe el chiquillo jubilosamente...
-¡Salta, saltarin!
La alegría ondula como una culebra
por todos los nervios del rapaz.
Bautista
sonrie y le palpa, mientras que se quiebra
el sol en sus ojos sin vista. Bautista
su risa en la risa del pequeño enhebra.
Cruza por su espíritu bruzca llamarada
y pasa un asombro de pétalos rojos
nadando en su nada.
De pronto, en un rapto de alucinación,
se queda mirando la luz por los ojos
del hijo que estrecha sobre su corazón.
Jerónimo Lagos Lisboa finca su obra poética a la gente de entorno y lo hace de una manera muy peculiar, creando un clima de sabor y color sureño. Nos hace hace evocar a Carlos Pezoa Veliz y Diego Dublé Urrutia.
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