jueves, 21 de febrero de 2013

ALFONSO GÓMEZ LÍBANO

ALFONSO GÓMEZ LÍBANO
1918 - 1988
(chileno)

TACITURNO SOMBRERO DE NEBLINA

Solucionando,
viendo y murmurando
lo que suelo abarcar en mis miradas,
solo y junto a la espera de unos  pasos
temblorosos,
yo, aquí,
con mi negro sombrero ciudadano,
con mi boca roída de malezas
y este andar ya doblado de cansancio,
permanezco absoluto,
indefinido,
sin tratar de abatir interiormente
este hueco maldito que circulo
y desvela de pronto mi destierro.
Yo no sé cómo pude alcanzar esta tiniebla,
como pude girar y remontarme,
no espantar mi desidia,
contemplar a mi asombro primero,
orgulloso,
y rodar desde mi leve oscilación
desvencijada,
hasta dar en el diario rumiar de tanta cosa
que me hastía.
Y yo, aquí,
en la torpe quietud de los que saben
lo que esperan,
con mi duro perfil apasionado por lo nuevo,
me diluyo al rumor de lo yacente;
y este viejo sombrero de neblina
es el muro que nace entre la obscura,
taciturna tristeza del olvido.

DEVOCIÒN DE LA NIEBLA

En las noches tan largas y serenas,
cuando miro mi cuerpo solitario,
te recuerdo en mi alcoba, compañera.
Compañera del humo, compañera del vino,
camarada de diurnas soledades,
te inclinabas delante de mi sombra
y mezclabas tu aliento con el mío
repitendo mis húmedas palabras.

Tú limpiabas el piso, los cristales,
y espantabas las negras telarañas,
y hundías la cama, despaciosa,
y esperabas las doce de la noche
con los ojos abiertos en los míos.
Cuando el alba llegaba,
recubrías mi cuerpo destapado
y en silencio salías de mi pieza,
presintiendo la última mirada.

¡Compañera del día, compañera del alba
y de la noche,
compañera del sueño y de la lluvia;
camarada de tantas amarguras!
Ya no quedan de ti las despedidas,
ya no están en mi alcoba tus vestidos,
ni los torvos zapatos, ni tus medias nocturnas,
ni tus sueltos cabellos tendidos en mi rostro.

Ya no puedes dormir junto a mi lecho.
Pero el dos de noviembre, compañera,
me verás con ramo de violetas
curiosear en tus días
como un breve recuerdo a tu pasado.

1 comentario:

  1. Alfonso Gómez Líbano es otro de los excelentes poetas cuya hermosa poesía hace ya tiempo se encuentra en el olvidario, por cierto que es una injusticia. Y el problema en este país es que cada año solo se recuerda a un poeta y con algo de milagro a Gabriela Mistral. Todos los demás están muertos por segunda vez: Vale decir que la segunda muerte es el olvido...

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