CARMEN ABALOS
VIAJE
Estoy inundada de sudor
como si me empezara a derretir.
Me voy mañana de este mundo,
tengo un cuchillo
o dos por si me falla el pulso.
Adiós.
Mañana ha de hacer sol.
Los caminos de nuevo
tendrán calor de pasos.
Que tengas suerte
cuando sea nuevamente día
cuando de nuevo sea noche
y levantes la voz y nadie te responda.
Adiós.
No me perturba
el armario que permanecerá cerrado
la puerta que permanecerá con su valor de puerta
y con su llave inútil.
Un día
también yo tuve pena
y tú te fuiste
y fue inútíl la llave
el agua
el día
la noche tejiendo su horfandad
el humo triste del cigarro
la música y la televisión.
Me importaba tu ropa con la mía
las dos escobillas de dientes en el vaso
el hisopo junto a la barra del rouge
y las pequeñas cosas de ser todos los días una pluralidad la vida,
y tú te fuiste
dejando el tubo de pasta a medio consumir
la hoja vieja de la máquina de afeitar
con la que ahora deshago mis costuras
o le saco punta al lápiz de las cejas.
Te fuiste
y un huracán de vientos negros
fue barriendo la casa.
Hoy vuelves
o mañana y entrarás en la abertura del cerrojo
la llave que sigue en tu llavero
y silbará tres veces
anunciando como siempre tu llegada
y andarás a las voces sin que nadie reponda.
Tirarás sobre los muebles tus objetos
los zapatos que mañana habría que limpiar
los pantalones arrugados por el viaje
las camisas sucias
y todo ese celemín de cosas
con que andan los mortales por la vida.
Yo no estaré ese entonces.
No habrá nadie que duplique con ceniza
la ceniza de tus cigarrillos
nadie que responda con palabras
a las palabras tuyas,
EXPLICACIÓN
Me estoy volviendo silenciosa
como esos lagartos que caminan
deslizándose sobre el tiempo de los patios.
Ando a las vueltas por la casa
con el trabajo de ir mirando las cosas familiares
que esta tarde angustiada me regresan
para que tú
mi niña y él
vayan conociendo el mundo
en que nos arrodillábamos melancólicos
mientras escuchábamos música
que a ustedes no les dice nada
pero a nosotros nos ponía
pequeñas alas tristes en los gestos.
Comienzo a envejecer
me digo
ya
que me nace esta manera
de mirar
de oler
y de palpar.
La mano se hace terciopelo
se posa leve sobre lo que yo amo
y su caricia se extiende a lo que no amo
hasta encontrar la forma para amarlo.
Es tan corto
repito
el tiempo de estar de ojos abiertos
sobre esta tierra que da vueltas
gira
las veinticuatro horas
los inviernos
y las demás estaciones que sabemos.
Media un mundo
un abismo
entre nuestros mundos abisales.
Cierra los ojos.
Duerme.
Yo seguiré velando
niña mía
al filo de las viejas cosas
como esos recuerdos que traía para tí
en el principio de esta larga explicación.
En el año 1999 logré ubicar a esta muy agradable poeta. Tenía en Providencia un local donde vendía marcos y que ella misma fabricaba con sus menudas manos. Le hablé de mi proyecto "Mujeres en la Poesía Chilena" y le expuse mi deseo de incluirla. Se emocionó.Nadie me toma en cuenta y tú por qué... Porque me gusta como escribe, porque siempre leo libros antiguos en la biblioteca.Le brillaban los ojitos de una manera tan intensamente agradecida. Era bajita de estatura inmensa como persona.Me regaló dos de sus libros. Nunca la he olvidado.
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